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Helena

«Rango de edad»

Suspiró, viendo la pantalla, sin saber porque aún le sigo esta locura a mi querida amiga, aún así coloco lo que pide la app, de 30 a 40, lo acomodo así, busco las fotos donde no parezco una momia y las agrego al perfil, no puedo creer que este haciendo esto

—Helena— mi celular sale volando cuando mi madre entra a la habitación, tocó mi pecho por inercia y bufo

—¡Mami! — murmuró — me asustaste

Enarca una ceja, levanto el celular del suelo, calmando mi respiración y lo bloqueo de inmediato, claro que no dejaré que vea que clase de app me estoy descargando y estoy usando

—¿Que porquerías estabas viendo?— muerdo mis labios, sonriendo

—Nada, el libro del que te he hablado, estaba tan concentrada leyendo que no estaba prestando atención a nada, ¿Que querías mami? — pregunto con inocencia

Habla dando órdenes y asiento, recibo el dinero y salgo de la casa guardando el celular en la pretina de mi pantalón, compro lo necesario y me hecho a morir, conecto los audífonos a mi teléfono escuchando música

Mi hermano está en la universidad y por ende toca sacar mi no tan buenas habilidades en la cocina, a la hora de cocinar a las personas que vivimos allí

Tarareo las canciones, y cuando todo está sobre la estufa, me siento en una silla, sacando el celular, revisando que he completado cada paso en la dichosa y mugrosa aplicación

Helena: no se que mierda hacer ahora

Envío el mensaje y al rato recibo una respuesta

Vane 🙌🏻: Solo buscar entre todos, AJJAJAJA

¿Se atreve a reírse en un momento como este?

Helena: Estaré me tu casa en dos horas

Bloqueo el teléfono y termino la comida, sirviendo en los platos y lavando las ollas, cansada, me doy una corta ducha y me visto saliendo a la casa de mi mejor amiga, a ver qué hacer ahora

Aunque claro sigo pensando que es una mala idea

¶ ¶ ¶

Nilak

Cierro los ojos enrollando las manos en el cabello sedoso de la mujer entre mis piernas, engulle mi miembro, soltando por partes y volviendo a meterlo a su boca, los abro solo un momento para ver cómo las lágrimas resbalan de sus ojos, y la verdad me da igual

Estoy enojado, bastante de hecho, siento como mi polla se engrosa y presionó más su cabeza contra mi miembro haciendo que reciba cada gota del líquido blanquecino que sale de mi

—Siempre un gusto, señor Wouters— limpia los restos de la comisura de su boca, guardo mi miembro viendo como termina de acomodarse y saliendo de mi oficina, recibo un mensaje tras otro, dándome por vencido y bloqueando el contacto

—La señorita Mertens, tiene la entrada prohibida a la empresa hasta que se me de la puta gana — hablo al intercomunicador

—Como ordene señor Wouters— me concentro en mi trabajo, decidiendo darle un vistazo a la app en mi teléfono, sonrió al ver a la pequeña a la que últimamente tengo como consentida

Leily: Daddy, solo necesito unos cuantos dólares, y puedo estar inscrita en la Uni

Río al ver su excusa barata, pero aún así la consiento enviando el dinero a la cuenta que se creo, da buenas mamadas, además de unas rusas que te dejan la polla ardiendo y su pequeño coño recibo todos mis centímetros, puedo lidiar con eso por unos cuantos dólares

Tiene 23, es demasiado potente para su edad, pero me complace y es lo que requiero, me agradece enviándome una foto de sus pequeñas tetas y vuelvo a perderme entre imágenes, Leily tiene más de 4 meses conmigo

Y aún así siento que quiero a alguien más, que ya me está hartando sonrió a la pantalla, viendo un nuevo perfil creado, es más pequeña que todas las que te tenido a través de los años,

Su inocencia puedo sentirla con cada foto que veo, su cabello casi rubio, y sus ojos claros que pueden atraparte sin nada más, suspiró y decido enviar un mensaje

* * *

Salgo de la oficina, soltando la corbata, la noche se me amarga viendo a la pelinegra que se acerca a mi con una exagerada expresión en la cara

—Te voy a poner una orden de restricción — gruño, acariciando mis sienes — ¿No entendiste el mensaje cuando te bloqueé?

Me dedica una mirada de indiferencia, y se pega a mi, subo al auto y antes de que pueda cerrar la puerta sube a mi regazo

—Tienes dos minutos para quitarte — susurro, bajo, tan despacio, que a penas yo alcanzo a oírme, pero es la voz que uso cuando doy amenazas y siempre me funciona bien

Aunque claro con Cinthya nada de esa mierda funciona, ruedo los ojos cuando se acomoda mejor 

—No puedes hacerme venir en dos minutos — me reta, me río y me acerco ocultando la cabeza en su cuello, mi cuerpo reacciona al movimiento de su cadera, al igual que el de ella que jadea por el contacto de mis labios en su cuello

—Si pudiera — susurro y la empujó hasta que cae a un lado, me mira mal y yo sonrió con indiferencia— pero no me interesa, así que lárgate de mi auto, cuando se me antoje vuelvo a buscarte

Hace una mala cara y sale del auto, reviso mis mensajes pero no hay ninguno de quién quiero y termino viendo hacia a un lado antes de maldecir por lo bajo, no envio otro, aún no es momento

Pero si no recibo respuesta tampoco enviaré otro mensaje, tengo dignidad y yo soy quien decido buscarlas no al revés, la ciudad pasa ante mis ojos con destellos y aun así aprecio la belleza que posee

Los parques donde los niños corren de un lado a otro, las parejas que se llevan de la mano, y como cuidan a sus hijos, aprieto los labios visualizando una vida que nunca tuve y al parecer nunca tendré

Porque ya nadie me inspira lo suficiente para hacer eso

Una llamada de mi hermano distrae mi rabia y ruedo el dedo por la pantalla antes de contestar

* * *

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