Especial San Valentín

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Algunos años después

Nilak

—Tenemos una bebe — dice, y sonrió

—Dos hijas, pequeña, una de 10, una de 4 — respondo yo

—¿Y quieres otro?— pregunta de nuevo

—Tu también lo quieres — digo defendiendo lo que le propuse hace unas horas, lo hemos hablado por meses, y está de acuerdo, hay algo que la frena pero no se que es — ¿Que pasa, pequeña?, Porque se que tu también lo quieres

—Kailani solo tiene 4, y no se si quiero pasar por todo lo que pase con ella, amor, casi muero — la rodeo con mis brazos y beso su cabeza

—Ya hablamos eso con el doctor — murmuró, y beso de nuevo su cabeza — pero si quieres lo hablamos de nuevo con el

—Si, hagamos eso de nuevo — pide — quiero que todo esté perfecto para cuando lo intentemos

—Progamare la cita — respondo — está tranquila, haremos lo que quieras, ¿De acuerdo? — ella asiente y sonríe saliendo cuando escucha el llamado de nuestra hija

Tomo mi teléfono y pido la cita, saliendo de la habitación, y bajando las escaleras, el clima está fresco y siento un aura extraña cuando llegó al jardín, y reconozco la razón cuando veo a mi madre junto a mi esposa, riendo

Amo a mi madre, pero su actitud... Bueno, Katrina tiene una actitud peculiar, están hablando tan entretenidas que no notan mi presencia hasta que carraspeo y es entonces dónde ambas me miran, en realidad las 4 mujeres me miran, intrigadas y curiosas

—Pequeño, Helena me anuncio que irían al hospital a... — la veo titubear, buscando alguna palabra que le ayude a centrar su idea — bueno a eso, y yo vengo a llevarme a mis nietas, porque hace rato no están con su abuela, favorita

—Que mi madre no la oiga — susurra Helena y no puedo evitar reír — Te llevas un abrigo, ya que Kailani se ha querido resfriar en estos días

—Niñas — llamo yo y mis dos hijas me observan sonrientes, los azules de Kailani brillan con la luz del sol y no puedo evitar arrugar la nariz, Valentina también sonríe y ambas ladean la cabeza esperando que hable — van a pasar la tarde con la abuela, vayan por sus cosas

Ambas gritan y corren alegres al interior de la casa, me acerco a Helena y la ayudo a ponerse de pie, mientras habla con mi madre ignorando mi presencia

Al parecer hoy soy un árbol

Cuando llegamos al interior de la casa ya las niñas están bajando las escaleras, abrazan a su madre efusivamente y después vienen a dónde estoy yo

Mis hijas no me ven como un árbol

Me trago la risa que me da ese pensamiento, ahora soy un árbol que habla solo, las niñas se van con mamá, y nosotros salimos detrás, ella respondiendo mensajes de su nuevo trabajo, subimos al otro auto y sostengo su mano, también respondiendo mensajes, llegamos al hospital en unos minutos

Bajo aún sosteniendo su mano, estoy seguro que desde otra perspectiva nos veríamos como una pareja de las que salen en Pinterest, con el teléfono en la mano, pero no me importa, porque yo amo a mi esposa y ella me ama  a mi y es lo único que importa

—Señores Wouters, ya el doctor los está esperando, síganme — sonrió asintiendo, entramos al consultorio y ambos guardamos los teléfonos cuando el médico nos saluda

Le hacen las preguntas de rutina, y luego llegamos al punto de la conversación al que deseamos

—Tu salud está bien, ¿Que te preocupa? ¿La universidad?— ella sonríe sacudiendo la cabeza

PasaporteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora