¿Como es que habían llegado a esta situación?
¿No lo sabes?
permíteme contarte...
*Bajifuyu.
*La Toman existe pero no es relevante.
*Los personajes de la historia le pertenecen a Ken Wakui.
Lo último que recuerda es estar esperando a chifuyu fuera de la pequeña tienda donde siempre solían comprar su peyoung yakisoba al salir de las agobiantes clases. Aquel día chifuyu había prometido comprar algunas golosinas como recompensa para Baji por obtener la mínima calificación aprobatoria en el examen de algebra.
Algo era algo, y para Baji aprobar un examen significaba mucho. Así que el rubio le dio una recompensa por su arduo trabajo.
No contaba con que un enano con sandalias lo noqueara con una patada y un tipo tres veces más grande que el enano fuera obligado a arrastrarlo hacía la vieja bodega donde la Toman (su intento de pandilla amigable) solía reunirse los fines de semana para procrastinar.
Dejando a Chifuyu sólo, con una bolsa en cada una de sus manos y una mueca triste al percatarse que Baji se había ido. Sin más opción sólo se marchó del lugar, sin saber que el pelinegro había sido raptado de una manera un tanto peculiar por sus amigos.
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Una punzada de dolor hizo que se removiera en su lugar, lo que comenzó siendo una leve molestia terminó siendo un dolor insoportable en la cabeza. Se vio obligado a recuperar el conocimiento poco a poco para finalmente abrir los ojos que aún sentía un poco pesados.
¿Qué mierda había sucedido?
¿Por qué estaba atado a una silla?
¿Quién le puso cinta en la boca?
Baji no veía absolutamente nada a su alrededor todo era completa oscuridad. Mentiría si dijera que no tenía miedo, se estaba cagando del susto.
Un tirón de su cabello hizo que el dolor regresará y lo mantuviera alerta a cualquier situación, tratando de agudizar sus otros sentidos, removiéndose un poco en su lugar intentando desatarse.
Una luz cegadora le dio directo en la cara, haciendo que cerrara los ojos de golpe. Cuando logró acostumbrarse a la intensa luz se dio cuanta donde se encontraba.
Pero que mierda...
–Tu mi querido Edward tienes las respuestas a todas mis preguntas.
Una voz un poco chillona, similar a la de Alvin y las ardillas hablaba a sus espaldas.
¿Su secuestrador se había tragado una de esas ardillas?
–Vas a cooperar conmigo, si es que quieres seguir viviendo.
El secuestrador traga ardillas guardo silencio, pareciera que estaba esperando algo.
–No vas a contestarme, es que acaso ¿quieres morir?
Idiota y traga ardillas con talento.
–Tiene una cinta en la boca, no puede contestarte imbécil –otra voz mucho más varonil mencionó.
