Capítulo 3

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Volví con normalidad al edificio mientras bostezaba y temblaba un poco por el frío, me dirigí a nuestro cuarto para comer un poco e ir a la cama pero Sam ya se hallaba con su laptop encendida y apretaba las teclas con rapidez lo cual me desconcertó.

-¿Qué sucede?.- le cuestioné dejando las cosas en la mesilla.

-El profesor nos dijo que para mañana quería una diapositiva con la planificación de nuestro proyecto. Apenas llegué y ya está dejando tarea.- soltó un suspiro pesado.

-Ya que hablas de eso ¿Podría tomar tu laptop mañana? Necesito conectarme en una clase que tengo en la mañana.- comenté algo apenado.

-Si terminó esto mañana te la dejaré pero no quiero asegurarte nada Noah, tengo que terminar esto a como de lugar.- seguía tecleando, suponía una respuesta así por lo que no insistí.

Comencé a comer mientras miraba mi celular por unos minutos, publiqué las fotos que había tomado del viaje así como comentarle a algunas personas sobre mi estadía ahí. Incluso cuando me coloque la pijama y lavé mis dientes Sam seguía en su trabajo sin descanso alguno, cerré los ojos para conciliar el sueño lo cual hice de inmediato a pesar del ruido que tenía a mi alrededor. Después de haber descansado lo suficiente mi reloj biológico me indicó que tenía que despertar, al abrir lo ojos lo primero que escuché fueron las teclas que aún seguían siendo pulsadas por Sam.

-¿Dormiste?.- le pregunté cuando me giré a verla, se veía agotada.

-Solo unos minutos, no puedo terminar esto y mi primera clase comienza en media hora.- replicó sin despegar los ojos de la pantalla.

-¿Te ayudo en algo?.- le ofrecí incorporandome de la cama.

-No Noah, gracias pero este es mi trabajo. Descansa más tiempo, si despiertas y ya no estoy aquí entonces estoy en la facultad.- comentó.

-Mejor me voy a duchar, no haré ruido para no distraerte.- caminé al baño.

-Solo déjame lavar mi cara y peinarme un poco, quiero terminar eso en la escuela.- dijo entrando al baño.

Su comentario había confirmado mi inconveniente el cual era la laptop, podía tomar mi clase en el celular pero no estaba seguro si la señal sería buena así que decidí ir a una biblioteca para usar una computadora más tarde. Después de que Sam salió yo ingresé y me dispuse a arreglarme, para cuando salí ya no estaba ella; me vesti y ordené el cuarto antes de salir al destino que ya había pensado.

-¿Habrá comido? Seguramente no, le llevaré algo.- miré las cosas que había comprado la noche anterior las cuales seguían sin ser abiertas.

Volví a aquella tienda donde había pasado un poco de vergüenza hasta que ese chico, Hangyul, me ayudó. Ya no se encontraba la chica sino un señor de aspecto uraño que solo miraba mi recorrido por la tienda hasta que le pagué.

Tomé el transporte con ayuda de unas estudiantes las cuales sabían hablar inglés, les pregunté dónde quedaba la facultad de medicina y amablemente lo marcaron en el GPS de mi celular. Accedí al subterráneo y me senté con la bolsa donde llevaba la comida de Sam, mi celular recibió una notificación, la clase ya había comenzado .

-Maldición, tendré que tomarla aquí.- solté algo irritado.

Miré mi alrededor pues me daba cierta timidez el tener el celular tan cerca para poder ver el contenido, no había muchas personas en el andén lo cual me tranquilizó un poco. Tenía unos minutos más antes de llegar a la estación indicada, inmerso en la pantalla de mi celular no noté que la comida estaba por caerse hasta que el contenido de la bolsa impactó en el suelo, el sonido había llamado la atención de las personas que se encontraban por ahí.

-¿Por qué ocurren estas cosas cuando estoy solo?.- me quejé mientras levantaba la comida.

Por suerte nada se había estropeado ya que los empaques eran resistentes, al volver a mi posición actual ví que mi celular se había bloqueado accidentalmente.

-¡Mi clase!.- dije exaltado al tiempo que intentaba introducir la contraseña.

No me era fácil viajar solo en un país desconocido para mí, alguien se sentó junto a mi pero ignore su presencia pues quería ver la clase con atención.

-¿Problemas de nuevo?.- escuché junto a mi

Al principio creí que no era a mi a quien le hablaba pero mire por el rabillo del ojo como estaba mirandome lo cual me hizo verlo.

-¿Eh? ¿Puedo ayudarte?.- le cuestioné ya que no sabía de quién se trataba aunque la voz se me hacía familiar.

- Hangyul, el que te ayudó anoche en la tienda. Tal vez no me reconoces porque llevaba el cubrebocas-. Sonrió amablemente .

-¡Oh! Perdona, en verdad no te reconocí. Estoy tan distraído con la escuela.- señale mi celular.

-Lo noté cuando se cayó tu bolsa, no te había reconocido hasta que volviste a levantarte.- comentó.-¿Vas a algún lugar.-

-Voy a entregarle a una amiga esto, es en la escuela de medicina.- levanté un poco la bolsa.

-¿Enserio? Yo también tengo que ir a esa dirección.- se sorprendió un poco.

-¿Eres estudiante de medicina también?.- inquiri.

-No, mi empresa está ahí.- respondió.

-¿Empresa? ¿Sobre qué?.- pregunté, después de unos segundos me arrepentí ya que estaba sonando entrometido.

-Soy miembro de un grupo llamado BAE173, me encargo de cantar y bailar ¿Lo conoces?.-

-Eh...lo lamento pero no.- respondí apenado.- pero ahora que me lo dices los investigare.-

-No tienes porqué hacerlo, está bien.- volvió a sonreír, aquel chico era atractivo.

Miré rápidamente la pantalla que indicaba la estación próxima la cual era la indicada.

-¿Puedo llamarte Hang?.- le pregunté con discreción.

-Por supuesto pero ¿Por qué lo dices?.-

-Porque la próxima estación es la nuestra-.

Ambos nos pusimos de pie y bajamos del transporte para caminar a la salida, Hangyul se ofreció a ayudarme pero me negué con cortesía.

-¿Tú edad?.- me preguntó.

-22, en unos meses cumplo los 23.- respondí.

-Este año cumplo los 22, eso quiere decir que eres mayor que yo. Lamento haberte hablado con informalidad.-

-Esta bien, no tengo problema con eso. Si lo haces solo me harás sentir viejo.- ambos reímos.

-Yo voy a esa dirección, nos vemos Noah.- dijo al llegar a una avenida.

-Nos vemos Hang, prometo investigar tu grupo.- comenté.

Estábamos dispuestos a irnos cuando Hangyul volvió a hablarme.

-Anota tu número, deberías de visitarme algún día.- me propuso.

Me extendió su celular, aunque me quedé estático un momento accedí; el nerviosismo se hizo presente sin ninguna razón.

-Lo haré.- respondí antes de regresarle su celular.

Hangyul me miró y sonrió antes de irse, algunas personas junto a las que pasó lo miraron por unos segundos, en especial las chicas las cuales susurraban cosas antes de que el desapareciera entre la multitud.

Un nuevo atardecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora