Miedos y Desahogos

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N/A: Hola mis soles.

Quiero agradecerles por seguir esta historia, creo que es lo más genial que he escrito y quiero seguir con ella hasta el final, ¡Sola la muerte podrá impedírmelo! (lo cual considerando mi estado de salud no sería raro que pasara así que... ¡disfrútenme mientras puedan! jeje) y bueno son ustedes quienes me motivan para hacerlo, al leerla y dejar sus reseñas, me animan mucho a continuar y dar lo mejor para que sea lo más genial del mundo, ha y recuerden que yo siempre contesto todas las reseñas.

Sin más que decir comenzamos con este sexto capitulo.

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La casa Loud siempre era ruidosa, ese era su estado natural y así les gustaba a toda la familia, pero el gran escándalo que ahora se escuchaba era diferente; El llanto de Lola se escuchaba por toda la casa, un llanto desconsolado que realmente preocupaba a todos.

Toda la familia había ido a intentar ayudar, pero Lola no abría la puerta por mucho que se lo pedían o le gritaran ella simplemente no les respondía solo seguía llorando en su habitación.

—Ok Lola esto es todo, tienes 3 para abrir la puerta o la echare abajo— Le grito Lynn mientras se ponía en posición —A la 1... A las 2...—

—¡ALTO!—Le grito el pequeño Lincoln aun sosteniendo la mano de Lucy quien le ayudo a subir, mientras la miraba con molestia e inconscientemente inflando sus mejillas —¿Qué crees que haces?—

—¿Cómo que "que hago"? Tenemos que hablar con Lola— le respondió Lynn con un tono bastante agresivo y mirándolo de una forma algo extraña.

—Pero no así, si la sacas a la fuerza solo la harás enojar más y se cerrara—

—¿Y que cerebrito? ¿Tienes una mejor idea?— Le respondió Lynn con un tono bastante hostil.

—De echo si, solo necesito que...— Lincoln se sonrojo un poco pensando en usar su arma secreta para calmar a Lola —Bueno ¿pueden dejar solo el pasillo un momento?—

Toda la familia se miro entre sí, y todos comenzaron a bajar par dejar a Lincoln a cargo de la situación, puede que por ahora fuera un bebe, pero no era cualquier bebe, era Lincoln Loud y nadie conocía mejor a sus hermanas que él, y si él tenía una idea para calmar a Lola era la apuesta más segura que tenían en sus manos; y aunque pensaban en hacerle caso y retirarse, nada les impediría quedarse lo suficientemente cerca para espiar.

En cuanto todos bajaron Lincoln se paro frente a la puerta de Lola escuchándola llorar, aclaro su garganta ante de hablar.

—Princeeesaaaa— Lincoln alargo la palabra con un tono dulce intentando llamar la atención de su hermana.

Espero algunos segundos a ver si lograba obtener alguna respuesta con eso, pero nada cambiaba, Lola solo seguía llorando.

—Princesitaaa— intento nuevamente sin excito —Vamos Lola, solo dile a Linky por que estas triste; Tu sabes que no ahí nada que no podamos arreglar juntos, tu y yo— De nuevo espero por una respuesta, pero solo logro un suspiro y más llanto.

Lincoln intento un poco más hablarle, pero Lola no respondía a nada de lo que le decía de no ser por que en ocasiones Lola suspiraba o soltaba un quejido tras sus palabras pensaría que no lo estaba escuchando.

—Vamos Lola no me hagas usar la canción—

Ese era el ultimo recurso de Lincoln, una pequeña cancioncita que aprendió junto a su hermana cuando la estaba ayudando para un concurso y sin importar que, siempre calmaba a Lola... Bueno se podría decir que más que calmarla la ayudaba a controlarse, después de todo hacia que dejara de gritar o llorar cuando lo necesitaba, pero toda la furia o tristeza seguían ahí, simplemente se forzaba a contenerlos y ya era trabajo de Lincoln calmar esos sentimientos con una pequeña charla.

Regreso a la infanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora