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—¿Es-Está vivo?

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—¿Es-Está vivo?

Escuché vagamente la voz de Lorna, para después oír a Bucky y Tony entrando al callejón, gritando mi nombre. Todo se volvió demasiado confuso para ese punto, era yo tratando de controlarme, calmar a mi omega interno que me pedía ponernos a llorar al ver el cuerpo de Alex en el suelo, con los restos de lo que fue un ladrillo cerca de su cabeza.

No lo pensé, no lo planeé ni mucho menos imaginé que terminaría de ese modo. Cuando giré para entrar al callejón, Alex me daba la espalda mientras golpeaba a Lorna, quien estaba tirada en el suelo hecha un ovillo, cubriéndose el rostro y el estómago. La rabia que sentí fue suficiente para que observe a mis lados, encontrándome con unos ladrillos viejos y abandonados apilados unos sobre otros, tomé el que estuvo más cerca y corrí hacía él, para el segundo en que los ojos de Lorna me miraron, ya el cuerpo de Alex caía al suelo en cámara lenta, junto con el ladrillo roto.

—Demonios, Pietro —Bucky le tomó del brazo, sacudiéndome ligeramente —Amigo, dime que estás bien, por favor. Mirame.

Salí del trance en el que me encontraba cuando su cuerpo rodeó el mío y me abrazó con fuerza, sentí su calidez y fue suficiente para aferrarme a la frágil espalda de mi castaño amigo, dejando que mi omega sea libre, que mi cuerpo tiemble y que mis ojos se llenen de lágrimas contenidas, mientras le repetía a Bucky que quería a Clint

—Llámalo ¿Si? Llámalo, él puede ayudar.

Recordé que Clint tenía una reunión y que seguro para ese momento debía estar en ella, pero mi egoísta deseo pudo más, así que apenas un brazo de Bucky me liberó, saqué mi celular de mi bolsillo y marqué al segundo número en llamadas rápidas.

Pegué el aparato a mi oreja y al segundo timbre, escuché la voz de mi alfa, llenándome de una sensación de paz impresionante.

—Hey, bebé ¿Qué pasa? —preguntó, preocupado —Ahora deberías estar en clases.

—Lo siento —gemí, tratando de aclarar mi garganta —Lo-Lo siento Clint, es que... Necesitaba- Necesito escucharte.

—¿Pietro? —su voz se escuchó mucho más alarmada —Mi amor ¿Qué ocurre? ¿Por qué lloras?

—Mierda —llevé una de mis manos a mis cabellos y contuve la respiración por unos segundos, tirando de mis cabellos con algo de fuerza —Es que... Él, fue él, él empezó a golpear a una omega y no pude... Mierda, Clint, no pensé-Bueno, sí pensé pero... Creí que no debía, no era bueno el-

—Permitirlo.

—Ujum —suspiré, apoyándome en la pared que estaba a mi espalda y observando a Tony auxiliar a Lorena —No debía... Permitirlo.

—¿Te hizo algo? ¿Cómo estás?

—No, no —negué con la cabeza, aunque Clint no podía verme —Él ni siquiera me vio, solo... Solo lo golpeé con un ladrillo que encontré, lo golpeé en la cabeza y ahora está... Está en el suelo. Demonios, Clint.

The Perfect Omega┇HawksilverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora