Un sueño une a un súpervillano y aun héroe...
Una vez derrotados Loki Laufeyson y su ejército Chitauri, los Vengadores acogen a una estudiante foránea y valiente que forma parte de los sueños de los dos antes mencionados: un genio, millonario, Playb...
Un rayo de luz directo en los ojos me hizo despertar. Según mis cálculos, eran aproximádamente las nueve y cuarto.
Sentí un peso extra en la cintura y sostuve un poco la respiración por miedo, luego recordé que era Loki. Un par de recuerdos me hicieron sonrojarme y reír. Me puse una camiseta beige de lino que estaba por ahí, olía a él, me llegaba justo arriba de la rodilla.
Me apuré al caer en cuenta que era de día y alguien podía notar que no estaba en mi habitación. No quería pensar excusas sobre dónde estaba o qué hacía. Le dejé un corto beso en los labios y le susurré que lo vería después. Contestó en un raro sonido que supuse era un sí.
Salí de la manera más sigilosa posible, cerré la puerta despacio para que no hiciera ruido y al voltearme, Thor estaba detrás de mí.
— ¡Por Merlín! -me llevé una mano a la cara entre asustada y preocupada por lo que me fuera a decir-. Thor.. qué susto. -frunció el ceño y entrecerró los ojos.
— Esa es la habitación de Loki. -procesaba lo que veía-. ¿Ustedes durmieron juntos? -elevó la voz sorprendido.
— Hey, ¡shh! Alguien puede oírte. -le tapé la boca-. No, no dormí con él. -cerré los ojos arrepentida-. Bueno, sí. Sí pero nada malo.
— No quiero pensar dónde ha estado esa mano, quítala. -obedecí e hizo un gesto de asco.
— ¡Oye! Me lavé las manos.
— ¡Ajá! -pasé las manos por mi cabello con desesperación.
— Ignoraré el hecho de que te acostaste con mi hermano, -sonrió burlón-. ¿Tienes hambre?
— No.
— Te llevaré al comedor, vamos a tu habitación. Tienes que cambiarte, no podemos dejar que nadie te vea con la ropa interior de Loki. -me escoltó por los pasillos.
Entramos, cerró la puerta silencioso y se quedó mirando a ella. Fruncí el ceño, no entendía.
— Anda, cámbiate. No miraré. -dijo aún sin voltear, seguí sin moverme-. Si salgo y alguien me ve, preguntarán que qué hago aquí. Soy malo mintiendo.
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— Vamos. -me tendió el brazo y salimos.
Tuvimos un desayuno tranquilo. Me platicó algunas anécdotas graciosas sobre él y Loki cuando eran pequeños y el resto del día seguimos juntos por todo el castillo, me mostró habitaciones secretas, tesoros dentro de las paredes, me contó la historia del palacio y sobre cómo Asgard fue creciendo en población.
