Capítulo 34: Declaración cursi super cliché

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CAPÍTULO 34: DECLARACIÓN CURSI SUPER CLICHÉ

DANIELA WEMBLEY

El McDonald's se encuentra vacío cuando ambas entramos al local casi a la 1 de la mañana. El de la caja nos mira como si estuviéramos locas, pero ambas seguimos el camino hacia él.

─Bienvenidas a McDonalds ¿Puedo tomar su orden?

Sigo mirando el menú, pero escucho a Kathleen pedir su orden.

─Yo quiero una McSpicy de pollo.

─¿Bebida y una porción de papas?

─Una coca cola está bien y sí, las papas por favor.

Me sorprendo cuando realmente compruebo que tengo hambre, así que hago mi orden.

─Yo quiero una Maharaja Mac de pollo, papas y una sprite.

─¿Para llevar?

Asentimos.

─En unos minutos tendremos sus órdenes.

Ambas tomamos asiento en unas de las mesas cercanas y Kath se recuesta en mi pecho por lo que la rodeo con mi brazo y le acaricio el cabello.

─Me agradó conocer a tu hermano. ─murmura y sonrío.

─Le agradaste, aunque no hablaron tanto. Él es especial.

─Me imagino que fue divertido crecer con un hermano, ser hija única fue algo solitario.

Asiento.

─No me imagino una vida sin Jasper. Él es solo tres años mayor, pero creció con la idea de tener que protegerme. Cuando estábamos pequeños sus amigos trataban de molestarme por ser niña y él siempre me protegía, porque aunque no lo parezca, era bastante tímida de pequeña. Luego me regaló un bate de béisbol que le habían regalado para su cumpleaños y me enseñó cómo defenderme.

─Lindo.

─Crecí con él hasta los 18 y estuvo todo ese tiempo fue mi mejor amigo. Cuando vino mi periodo pensé que sería raro, pero mientras yo moría del dolor él trataba de hacer algo para hacerme sentir mejor. Nunca supo cómo reaccionar cuando lloraba, así que siempre me daba comida, dulces para ser exacta.

Por eso a veces se siente culpable de mi diabetes porque cree que es su culpa.

─¿Estuvo en tu primer corazón roto?

Sonrío.

─Nunca me rompieron el corazón Myers.

Alza el rostro para verme y asiento.

─Creo que el amor es extraño y no estaba interesada en tener cosas serias en la secundaria. Que si, tonteaba con algunas personas, pero nunca fue más que eso. Enamorarse es dejar caer lo que protege a tu corazón, y no estaba dispuesta a ser lastimada.

─Así que eras la que rompía corazones.

No respondo, porque si era.

─Creo que hubo una sola vez que sucedió... eso de mi corazón roto, pero fue por mi madre. Ella hace que la ame de formas extrañas y que al mismo tiempo la odie demasiado. Tenía la capacidad de hacerme sentir como una enferma cuando supo de mis gustos hacia las chicas, incluso intentó meterme a un internado de monjas.

Los ojos de Kathleen se abren con sorpresa. ─No me lo cuentes.

─Te lo cuento, pero recuerdo que le hice la broma de ''claro, mándame a un internado lleno de mujeres''. Enrojeció de la cólera y dijo que la respetara, así que le dije que primero, está comprobado que estos no lugares no funcionan, segundo, no me iban a dejar de gustar las mujeres al internarme y rodearme de monjas, tercero, no iba a respetarla cuando ella no me respetaba.

Beso sabor a tequila [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora