Omaha Bad Boy. -Nate Maloley-

35.

◎Diana's Pov.

Abrí los ojos lentamente, y peresozamente tomé el despertador con una mano, y con toda la fuerza que tenía, lo estrellé contra la pared. Hundí mi rostro contra la almohada.

-¡Diana Rose, es el segundo esta semana! -escuché el grito de mi padre.

Gruñí levantandome. Me paré de la cama, y caminé hasta el baño. Hice todas mis necesidades, y tomé una muuuy larga ducha.

Al salir, me sequé bien y me puse la ropa interior. Até mi cabello mientras buscaba algo que ponerme. Opté por un pantalón gris alto, un croptop blanco y unos zapatos grises. Me maquillé, y solté mi cabello. Tomé mi celular, revisando los mensajes.

Daddy Sk(n)ate: te quiero ver llegar en ese auto jodeeeer.

Daddy Sk(n)ate: te verás malditamente sexy bajando de él.

Reí. Mierda, hasta él quería verme manejarlo. Era mi primer auto. ¡Mi primer auto era una camioneta, y me la regalo mi novio!

Aunque extrañaría ir con Nate.

Me: extrañaré ir contigo):

Daddy Sk(n)ate: no interesa preciosa, cuando quieras puedo buscarte.

Me: valeeee(: te amo, nos vemos dentro de un rato.

Daddy Sk(n)ate: yo a ti preciosa.

Revisé el otro mensaje.

Azzzul: búscame perra, sé lo del auto e.e

Me: espera afuera niñaza.

Bajé las escaleras al tomar mi mochila. Caminé hacia el comedor, y besé la mejilla de mi padre.

-Buenos días. -sonreí.

-¿De donde salió la camioneta? -preguntó, dejando el periódico a un lado de su taza de café.

Mordí mi labio nerviosa.

-Uhm...

-Dime.

-Nate me la regaló. -los ojos de mi padre quedaron en algún lugar en el suelo.

-¿Hablas en serio, Diana? -asentí. - ¿Como diablos pudo comprarte una camioneta así? ¿Sabes cuanto cuesta tenerla?

-Él, uhm... él tiene una. -vale, su expresión era bastante sorprendida. - solo que la mía es Matte, y la de él es negra normal.

-¿De donde saca tanto dinero este chico? -oh mierda.

-Ehm... papá se me hace tarde, adiós. -respondí rápidamente, para luego correr fuera de casa.

Casi.

Me adentré a la camioneta, y la encendí. Salí de casa, para manejar hacia la casa de Azul.

Toqué la bocina al llegar, y ella se levantó de la acera.

-Joder, no era broma. -espetó al adentrarse. Volví a emprender viaje, ahora hacia el instituto.

-No, y oh dios, fué demasiado... woah. -ella rió.

-Necesito una de estas. -gruñó. Reí.

-Todos necesitamos una de estas en la vida. -ella asintió.

-¿No tienes algún disco por aquí todavía? -preguntó.

-En la guantera, está el de Nicki Minaj. -respondí.