Día 28: Velocidad

55 8 22
                                    

«...En este momento estoy persiguiendo una bicicleta... como cambié todas las cartas de poder, la carta de carrera perdió el control y se fue, por eso... ¡quiero decirte que estoy en problemas!»

Su mensaje había sido rápido y apenas elocuente, sin embargo, yo no dudé en salir como alma que lleva el diablo en su búsqueda y no podia parar de pensar en la gravedad del asunto. Creo que si esto hubiese sucedido cuando recién la conocía, le habría gritado al teléfono que había sido el acto más irresponsable que pudo haber cometido, y aunque creo que no fue demasiado sensata al intentar cambiar las cartas en un solo intento, me sentía en la necesidad de ayudarla y algo oprimía mi pecho solo de pensar que podía estar en peligro.

Corrí tan rápido como mis piernas me dejaron hacerlo, por suerte la biblioteca no estaba tan alejada de donde vivía, pero creo que el solo saber que Kinomoto estaba en problemas y necesitaba mi ayuda, era suficiente para que yo llegara a la luna en bicicleta si era necesario, y admito que me sonrojé mucho solo de pensar en esto ¿Qué cosas más absurdas estoy diciendo? Ella es solo una amiga.

Amiga.

Pensé en esa palabra mientras corría por las calles de Tomoeda, ya podía ver el edificio de la biblioteca, por lo que Kinomoto debía estar cerca, sin embargo, eso no me impidió pensar en la complejidad de la palabra ¿Cuándo había dejado de ser mi rival? ¿Cuándo deje de verla solo como una compañera de clases con la que tenía que pasar horas extras para recolectar las cartas Clow? ¿Cuándo siquiera me había empezado a preocupar si estaba en problemas o no?

Abandoné todos estos pensamientos apenas estuve más cerca del edificio de la biblioteca, y no es que haya tenido intenciones de hacerlo, es que a lo lejos vi como una bicicleta estaba suspendida por si sola en la pared y justo debajo de ella, la figura de Kinomoto estaba tratando de alcanzarla y fallando en el intento, sentí más pánico que nunca al punto de que corrí con tanta velocidad como lo haría la carta Carrera y empuñé mi espada mientras sacaba un pergamino.

-Dios del viento ¡ven! – Apunté hacia donde estaba Kinomoto, cuya caída habría sido sumamente dolorosa, y dejé que mi magia envolviera su cuerpo y la depositara en el suelo.

Vi como Kerberos se acercó a ella y la regañó, aunque yo pude hacer lo mismo porque esto seguía siendo un acto completamente irresponsable, sentía que mi corazón iba a salirse de mi pecho por la angustia que esto me causó.

- ¿Estás bien? – Pregunté recuperando la respiración.

Sin embargo, fue Kerberos quien me dio una respuesta – Ah, el interés tiene pies ¿verdad?

- ¡Yo solo vine en su auxilio! – Repliqué rápidamente sintiendo como me sonrojaba ¡cómo se atrevía ese muñeco a decir algo así!

Sin embargo, la suave voz de Kinomoto y su sonrisa amable me sacaron de mis pensamientos – Muchas gracias por haber venido.

Aquello no disminuyó mi vergüenza, pero preferí no darle importancia y miré hacia donde estaba la bicicleta – ¿Es esa?

-Si – Respondió ella.

Sin pensarlo mucho volví a empuñar mi espada mientras tomaba un pergamino diferente – Dios del rayo ¡ven! – Apunté hacia el objeto, sin embargo, este le hacía justicia a la carta que lo estaba controlando ya que era veloz y había podido eludir mi ataque, pero no iba a detenerme hasta a atraparlo.

-Lo haré de nuevo – Dije mientras lo apuntaba con el pergamino, pero para mi sorpresa, Kinomoto se abalanzó sobre mí, abrazándome por el torso para evitar que hiciera algo. Aunque haya sido un simple reflejo, a mí me había dejado un poco descolocado y causo un cosquilleo en mi estómago.

- ¡No, espera! La carta tiene miedo – Respondió ella sin dejar de abrazarme.

-Pero si no la detenemos... – Empecé a decir buscando hacerla entrar en razón, pero ella me interrumpió, sin embargo, me vi paralizado cuando sus ojos verdes se posaron sobre mí.

-Yo me encargare de hacerlo... si le damos tranquilidad seguramente se convertirá en una carta dócil – Dijo Kinomoto en un tono casi conmovedor, ella estaba pensando en los sentimientos de la carta y admito que eso me removió un poco en el interior.

-Como tu digas – Dije volteando mi rostro tratando de ocultar mi inminente sonrojo.

Aunque por fuera demostrara que no me importaba demasiado lo que pasara con la carta, a decir verdad, el hecho de que ella se preocupara genuinamente por transformarla sin lastimarla y de la forma más pacífica, me llenó de mucha calidez y me hizo darme cuenta ¿ella siempre era así de buena?

Y la respuesta creo que es afirmativa, solo que yo no lo había apreciado hasta ahora.

oOo

N/A: ¡Hola a todos! Espero que se encuentren de maravilla, por aquí les dejo la palabra del día inspirada en una escena del capítulo 53, llamado "La bicicleta espantada" y esta carta vuelve a hacer acto de presencia en este reto, y les admito que hasta el momento yo no la había tenido tan presente, pero resulta que genero momentos interesantes como este en el que podemos ver a Syaoran yendo en auxilio de Sakura sin siquiera ponérselo en duda.

Espero que les haya gustado y agradezco como siempre su apoyo y todos los lindos comentarios que me dejan en cada capítulo, sin duda han hecho de este mes increíble.

Nos leemos en el siguiente.

Un abrazo enorme para todos.

ACLARATORIA: Esta historia es de mi autoría, no existen colaboraciones con nadie y en el caso de que las hubiese se le darían sus respectivos créditos. Esta historia solo es publicada a la fecha en las plataformas FanFiction y Wattpad; si está en alguna otra es porque no está autorizada por mi persona y se considera plagio. No se permite la copia y/o adaptación de esta historia.

Reto Fictober 2021 ן Nacido para una misión (SCC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora