–Joder, que frío hace– Hablé para mi misma tomando una sabana de mi cuarto para cubrirme del frío.El día estaba transcurriendo demasiado lento, el aburrimiento estaba que me mataba.
Estoy apunto de quedarme dormida cuando recibo una llamada de mi mejor amigo, Chifuyu.
–Hola conejita, el dia está jodidamente aburrido que te parece salir– El me gustaba desde hace muchísimo, jamás me atrevi a decírselo por miedo a que nuestra amistad se rompiera.
Pero no puedo negar que ese chico hacía que mi vagina chorreara.
–Primero que nada, buenas tardes y segundo, acepto, solo dime a que hora– En mi mente ya estaban pasando mil y un outfits para salir con Chifuyu.
–Paso por ti a las 9 linda, no preguntes a donde vamos– Su voz era tan gruesa y sexy.
–Está bien, voy a empezar a bañarme–.
–Nos vemos luego conejita, prepárate, te vas a divertir mucho–.
Mi mente quedo en blanco durante unos segundos, saben, de verdad no quise mal interpretar eso, debo eliminar esos pensamientos joder, se supone que es mi mejor amigo, pero, ¿El también sentirá lo mismo que yo siento por el?.
Decidí dejar de pensár en tales cosas, asi que me dirigí a darme una ducha, quería verme linda para el esta noche.
Quite mis prendas y dejé que el agua recorriera mi cuerpo, al terminar cepille mi cabello y lo planché, me coloque un vestido rojo corto de satín, se amoldaba perfectamente a mi figura, me veía expectacular.
De tanto arreglarme ya habían dado las 9, el timbre de la puerta de mi departamento sonó, el sonido llegó rápidamente a mis oídos, mis piernas comenzaron a flaquear, siempre me pasaba lo mismo al pensar en el, en la belleza de amigo que tenía.
Baje las escaleras rápidamente, subí un poco mas mi vestido y abrí la puerta.
–¿Lista?– Chifuyu sonrió al verme, su mirada era diferente, algo había cambiado en el, esta vez era más coqueta que de costumbre.
–Si, deja voy por mi bolso– Me di la vuelta para tomar mi bolso el cual estába en un sofá bastante cercano, sentí una mirada puesta en mi trasero, no se si solo es mi imaginación.
Me gire nuevamente y ahí se encontraba el con un leve pero notorio sonrojo.
Nos dirigimos a su auto, el me abrió la puerta, me senté y partimos, aún no sabía a dónde me llevaría.
–Te ves muy linda hoy–
–Gracias Chi, tu igual– El llevaba un pantalón de mezclilla y una camisa manga larga negra muy ajustada, era imposible no mirar su torso, sus clavículas estaban descubiertas puesto que los dos últimos botones no estaban abrochados.
Llegamos a una discoteca, Chifuyu me ayudó a bajar, jamás había ido a una tan grande, tomó mi cintura para indicarme que caminara, me estremecí.
Entramos, pedimos tragos y fuimos a bailar, malditas canciones de daddy yankee.
La música sonaba y nuestros cuerpos chocaban tan morbosamente, el alcohol hacia que todo me diera igual, mi escote sudaba, Chifuyu sacudió su cabello haciendo que algunas gotitas de sudor recorrierán su definida mandíbula, su olor masculino me tenía tan deseosa.
–¡Ponga Doja Cat!– Habló una chica un poco apartada de nosotros.
Joder, en ese momento le agredeci a todos los dioses habidos y por haber que esa chica hablara.