–Joder Polar, este es el segundo plato–
Hablé con mi perrito quien movía la cola felizmente mientras yo ponía alimento en su plato.
Habían pasado dos años ya desde que me había ido de casa, decidí mejorar como persona así que terminé mis estudios y comencé a trabajar como secretaria personal en una empresa bastante importante para la industria.
Era un trabajo sencillo pero a veces estresante, aunque podía aguantar todo ese estrés solo por ver todos los días a Wakasa Imaushi, era un hombre joven, al rededor de 20 o 21 años, pero sin embargo era un pilar muy importante en la empresa.
Era guapo como no tienen una idea, tenía el cabello largo teñido de dos colores, no saben los sexy que se veia con traje formal.
El día de hoy tenía una reunión demasiado importante, asi que como secretaria del señor Wakasa tenía que ir vestida formalmente y estar con él en todo momento.
"Que suerte la mía"
Acaricie a Polar antes de ir a mi habitación, quite toda mi ropa y di un suspiro profundo, me metí a la ducha y deje que el agua recorriera todo mi cuerpo, pasé mi mano por todo mi abdomen hasta llegar a mi intimidad, di un pequeño brinco cuando toque mi botón, lo masajeé en círculos y gemí.
Me estaba masturbando y de mi cabeza no salía el señor Wakasa.
[...]
Dejando de lado lo que hice mientras me duchaba, salí del baño y me coloque mi traje usual, un saco negro, por debajo una camisa blanca un poco escotada, falda negra corta y zapatillas, decidí llevar mi cabello suelto pero bien peinado y me maquille ligeramente.
Terminé de arreglarme y me dirigí hacia la empresa, al llegar fui al despacho del señor Wakasa, quien todavía no se encontraba ahí, le preparé un café negro y acomode todos los archivos que estaban en su escritorio, toda la oficina olía a él, esa fragancia que me volvía loca.
En la mesa había un anillo color plata, supuse que era de él, lo tomé y lo coloque en mi dedo, me quedé a mirar detenidamente el anillo, me imaginaba que era la prometida del señor Wakasa, que estupideces estaba pensando.
Escuche unos pasos aproximarse, me quite el anillo y lo dejé en su lugar nuevamente, acomode mi falda y continúe ordenando los archivos.
La puerta se abrió, dejando ver al señor Imaushi, una mini sonrisa se formó en mis labios al verle.
–Buenos días señor–
Wakasa me miró de pies a cabeza–
–Buenos días Saori, ¿ordenaste lo que te pedí?–
Dijo mientras tomaba asiento, puso su pierna encima de la otra y acomodó su corbata.
El tío era guapísimo y lo sabía.
–Si señor, le prepare un café negro también–
Tomé la tácita de café y la puse a unos cuantos centímetros de él.
–Gracias, el día de hoy tenemos un reunión importante, por favor mantente cerca de mi y anota todo–
Habló mientras me miraba, esa típica expresión de desinterés me excitaba tanto.
