Capítulo 2

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Narrador

El horario lectivo no pudo ser más tenso para ambos profesores, tanto Zulema como Antonio habían esquivado la presencia del otro porque les incomodaba tener a alguien igual que ellos en la misma sala

Por más que intentaran no verse el uno al otro cuanto más alejados querían estar más cerca acababan, no sin reproches de por medio claro está

La árabe cansada de la molesta situación con su nuevo director se fué pisando fuerte con sus tacones de aguja de la sala de profesores hacia la cafetería encontrándose allí a su tan querida amiga Saray

- Esta noche vamos al club, no lo olvides  - Advirtió la pelinegra a la morena

El club en realidad no era ningún club, ellas se referían con ese nombre a un conjunto de oficinas a las afueras de la ciudad compradas a nombre de Hambal Hamadi, el jefe de la mafia en las que ambas estaban involucradas de lleno

Zahir por su parte era la mano derecha de Hambal, un exitoso empresario de día con tanto dinero que podría comprar Nueva York para él solito y jefe de la mafia de noche. La mayoría de gente tenía a ese hombre como alguien ejemplar, serio y misterioso pero maduro y centrado en sus negocios, la realidad sin duda no se asimilaba a las expectativas de la gente.

Hambal Hamadi era todo un enigma que tan solo Zulema Zahir había conseguido averiguar. Todo el mundo creía que solo se dedicaba a los negocios limpios pero la cruda realidad es que ese hombre manejaba toda una mafia de asesinos, narcos, ladrones y estafadores creados para el crimen.

Hambal y Zulema tenían una historia mítica, o bueno, mítica para todo el que la conociera. Saray era una espectacular ladrona que no fallaba ni una mientras que Zulema era una asesina que jamás dejaba rastro de sus crímenes ¿No os parece la amistad perfecta?

Nadie conocía los más oscuros secretos de estas dos mujeres en sus trabajos, ¿Quién iba a sospechar que unas simples profesoras de árabe y matemáticas podían ser unas asesinas? Nadie.

- No podemos estar allí mucho - Advirtió Saray obteniendo como respuesta un asentimiento por parte de Zahir

El tema quedó ahí, no había más que hablar y mucho menos en sitios donde pudieran ser escuchadas

La realidad era que Zulema se moría por ver de nuevo a Hambal, esa mujer tenía el corazón de hielo pero en presencia de Hambal su corazón se derretía. No habían tenido una relación muy usual, simplemente a ambos les gustaban las mismas cosas y era algo que Zulema no había esperado encontrar

Las horas pasaron y el timbre de la salida se hizo presente anunciando a todos los alumnos que las clases habían finalizado, aunque todos los profesores ansiaban ese timbre para poder ausentarse había alumnos que se quedaban allí a estudiar hasta que empezaba a anochecer, cosa que Zahir nunca entendió muy bien

Camino a su coche la pelinegra pensaba en cómo sería volver a ver a Hambal tras dos largos meses sin dirigirse la palabra, y no por falta de ganas. Los dos últimos meses se le destaparon delitos menores de estafa a Hambal y por temor a que se destapara todo lo demás él huyó del país bajo la excusa de hacer negocios internacionales

Estaba tan absorta en sus pensamientos que ni siquiera oyó la voz que la llamaba a sus espaldas hasta que alguien le tocó el hombro, al girarse vió a Hierro tan formal como lo había conocido horas antes

- Quería hablar con usted señora Zahir - Dijo el hombre captando toda la atención de ella - Quiero decirle que me ha parecido una gran falta de respeto que me haya hablado así frente a todos los profesores

La pelinegra no creía lo que ese hombre le estaba diciendo y enfureció más su mirada si eso era posible

- Usted me ha hablado peor señor director - Dijo Zulema haciendo una clara burla con su voz en las dos últimas palabras - ¿No le enseñaron de pequeño a teletransportarse? Pues a mí tampoco - Se respondió ella misma la pregunta

ToxicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora