Narrador
La pelinegra llegó a casa de Hambal y no esperó un segundo para bajar de su coche y abrir la puerta con sus propias llaves como de costumbre.
- Hambal! - Le llamó ella con claro entusiasmo en su voz
El árabe apareció de la cocina con unos vaqueros y una camiseta básica negra de manga corta que se ajustaba muy bien a su marcado cuerpo
- Hola Zule - Dijo él antes de acercarse a ella y darle un buen beso como de costumbre
- Tengo un plan perfecto Hambal, un atraco completamente limpio en el que podemos sacar más de un millón en joyas y efectivo - Explicó ella casi arrastrando al hombre al sofá
Hambal no dudó un solo segundo en Zulema y se acomodó en el sofá esperando a que ella le contara todo su plan. Hambal era el líder, la máxima autoridad de su mafia, pero aún así Zulema sabía que ese hombre comía de su mano y no iba a desaprovechar cualquier oportunidad de ganar dinero
- El plan es el siguiente, dentro de unos meses se celebra una reunión ejecutiva en el consejo a la que van a acudir muchos políticos y empresarios importantes, entre ellos tú - Habló ella
El hombre curvó hacia abajo las cejas expresando una clara duda, Hambal no tenía constancia de que tenía que ir a ninguna reunión
- Zulema, yo no tengo que ir a esa reunión - Interrumpió Hambal
- Eres uno de los mayores empresarios mundiales Hambal, tienes una fortuna a tu nombre. No han convocado a todos aún pero estoy segura de que te llamarán, toda la gente importante y con dinero tendrán que reunirse allí - Continuó explicando Zulema
- ¿Y qué puedo robar yo allí? - Preguntó Hambal haciendo que la mujer fuera directa al grano
- Déjame hablar coño - Dijo Zulema desesperada de que él no la dejara acabar - El el consejo hay millones de salas pero tú tienes que colarte en una en concreto, tienes que ir a la sala 121 y robar una cinta de vídeo, es así de sencillo.
El hombre agachó la cabeza buscando algún tipo de coherencia sobre lo que decía la mujer y no pudo evitar cuestionarse ciertas cosas
- ¿Te has drogado? - Preguntó el árabe
- No Hambal coño, confía en mí - Pidió la pelinegra - Tengo informaciones de que allí se guarda una cinta de vídeo de un político, Alejandro Almeida, es un vídeo sexual y podemos chantajearlo
- Nadie usa cintas de video hoy en día Zulema, no sabes lo que dices
La árabe cansada de tanto cuestionamiento se levantó desesperada y dió varias vueltas al salón intentando tranquilizarse bajo la atenta mirada del empresario
- Hambal, hay formas de sacar la puta cinta y transformarla en un vídeo normal y corriente. Ese hombre tiene hijos y una reputación, puedes ganar millones con tal de que eso no salga a la luz - Intentó convencerle la mujer
Él se dejó convencer sin estar muy seguro y aún así decidió hacerle caso a la profesora delante de él. Ambos sabían que era arriesgado y que si algo salía mal iban los dos directos a la cárcel pero la adrenalina y la obsesión por el dinero les podía
- Hablame del puto video - Pidió Hambal
- Según tengo entendido es un vídeo en un prostíbulo masculino, lo tiene guardado porque así de asquerosa puede llegar a ser la gente. ¿Quién coño se guarda su propio vídeo porno para pajearse? - Se cuestionó ella misma - Ese hombre hará lo que sea para que eso no salga a la luz
Hambal asintió dejando pasar el tema porque no tenía demasiado claro que fuera algo rentable y ni siquiera estaba seguro de poder ir a esa reunión pero en ese momento ambos tenían algo más importante que hacer
Una vez que se dieron cuenta de que apenas quedaban 30 minutos para que la reunión del club empezara, ambos corrieron hacia el coche de Hambal y se montaron en él. En menos de 15 minutos ya estaban allí
Tanto Hambal como Zulema adoptaron poses serias y formales ante las ocho personas allí presentes, entre ellas Saray y Hierro del cual la árabe no quitó la mirada
- Como ya sabéis todos este domingo Antonio y yo debemos matar a Andrés Cortés - Comenzó a hablar Zulema
- ¿Por qué motivo? - Preguntó Ariadna, una chica ladrona recientemente incluida a la mafia
- Entre criminales no se hacen preguntas, mucho menos en la mafia niña - Habló Hambal
- Muy bien chicos, continuamos al tema - Prosiguió diciendo - Hierro y yo simplemente vamos a matarlo y listo, sin preguntas, medio millón de euros más hacia nuestro bolsillo.
Todos asintieron aunque tan solo dos personas participaban. Puede parecer una tontería que acuda tanta gente pero generalmente todos lo sabían todo, así no había engaños ni estafas dentro del grupo
- Hierro quiero hablar contigo, vamos a mi despacho si es tan amable - Dijo Zulema alejándose de la mesa en la que todos se encontraban
Una vez que ambos llegaron al despacho, Zulema se sirvió a sí misma un vaso con Whisky sin ofrecerle otro a él
- Te quiero muy atento en el plan, el más mínimo fallo puede hacer que todo se vaya a la mierda - Habló la profesora
- No va a pasar nada, soy un profesional - Dijo esta vez Hierro
Una rápida descarga atravesó el cuerpo de ambos por más que quisieran ocultarlo, ambos tenían más que asumido que se excitaban mutuamente.
La pelinegra tratando de resolver el caos que se había instalado en su cuerpo tras las miradas con Hierro le pidió que abandonara la sala pero él no parecía tan dispuesto a irse
- ¿Te pongo nerviosa Zahir? - Preguntó el rubio sorprendiendo a la mujer que no esperaba esa pregunta
- No en el buen sentido - Respondió ella desviando su mirada
Un silencio sepulcral se instaló en la sala hasta que ella fué la que se acercó esta vez al hombre con una seguridad inhumana
- ¿Y yo? ¿Te pongo nervioso? - Preguntó ella a escasos centímetros de él
- Tampoco en el buen sentido profesora - Dijo apuntillando la última palabra con cierto deje de despecho
Ninguno de los dos quería apartarse de ahí, ambos lo sabían muy bien. Ambos tenían ganas de matar al otro, de ser crueles, pero a la vez tenían ganas de follarse como si fueran animales
A la morena nada le impedía dar el paso más que su orgullo, Hambal y ella no eran novios a pesar de la especie de relación que tenían. Hierro tampoco tenía más impedimento que su autocontrol
Entre un duelo de miradas el hombre agarró a la morena del cuello con una notable fiereza y esta respondió agarrándole la cabeza al hombre en señal de ataque
- Vas a desear no haberme conocido - Susurró la morena a su oponente
- Quizá seas tú la que lo desee - Respondió el hombre antes de empujar a la mujer sin soltar su cuello hasta la pared más cercana
Ahora sí que no quedaban dudas, ambos estaban locos por matarse y por follarse a la vez y solo podía haber un ganador
_________________________________________
No olvidéis votar y comentar!
ESTÁS LEYENDO
Toxicidad
FanfictionZulema Zahir, una profesora que da clase de árabe en la universidad a la que le cambiará la vida cuando Antonio Hierro, el nuevo director del centro en el que ella trabaja, llega allí pisando fuerte