♯O3↳ υɴ тrαɴqυιlo vιαje eɴ el αυтo... ¿o ɴo?

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Casi dos semanas habían pasado desde el incidente. El hecho no afectó la vida de ninguno de los tres: la de Hakuji ya estaba lo suficientemente echada a perder como para que esto lo marcara; a Tengen y Kyojuro no les importó demasiado.

Aunque sí tenían un poco más de precaución al salir a la calle; Tengen bromeaba a menudo diciendo que los encantos de Kyojuro no lo iban a salvar en todas las veces que lo intentaran robar. Por suerte no han vuelto a experimentar algo así desde lo del tren.

Para alivio de ambos, el asaltante no se ha vuelto a cruzar por su camino, de hecho, nisiquiera saben si sigue cometiendo actos delictivos en el mismo lugar; han evitado viajar en tren solo por si acaso.

Volviendo a la actualidad, Kyojuro se dirigía a la institución para la que ejercía su labor como profesora de historia; Tengen solía acompañarla pero hoy tuvo que hacer una diligencia.

Miró su reloj, que marcaba las 6:3O AM. Sonrió.

─Llegaré a tiempo para el café, ¡excelente!

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El par de iris tornasolados estaban atentos al camino, aunque de vez en cuando echaban una ojeada a los dos chicos que ocupaban los asientos traseros del vehículo.

─¡Qué silencio! ¡no tienen porqué ser tímidos, chicos! podemos charlar un poco para romper esta horrible tensión.

─No hay forma de romper la tensión, Douma. Tú eres la tensión ─escupió Hakuji, afilado la mirada en su dirección.

El chico de ojos verdes y cabello azabache-azulado no fue capaz de contener una ligera y maliciosa risa.

─Eso estaba pensando, pero te me adelantaste al decirlo ─confesó, cubriéndose la boca en un intento de reprimir su risa.

Hakuji se contagió.

─A eso no me refería ─Hizo una mueca─ pero al menos me complace ver que se están llevando bien.

─Nos dimos cuenta que compartimos una similitud... realmente no nos caes bien.

El más joven de los tres asintió en acuerdo, mientras que Douma volvía a formar una mueca.

─¡Qué groseros! y yo que les hago el favor de darles el aventón.

─Yo no quería venir contigo ─Le recordó el de ojos verdes.

─Tu madre me pidió el favor, así que no tienes opción, querido Inosuke.

─¡De algún modo la convenciste! ¡seguro aplicaste un control mental sobre ella o supiste engatusarla muy bien! ─Lo señaló, muy molesto.

─O simplemente confía en mí. Como he tratado que tú lo hagas.

─¡Nunca te aceptaré! ¡me oyes!

Aunque estuviera entretenido con la discusión "familiar", Hakuji comenzó a sentir que sobraba en la misma. Bajó el vidrio de la ventana y se asomó a observar el paisaje.

Era temprano, así que la vía estaba bastante transitada debido al montón de gente que se dirigía a sus trabajos. No se veía nada fuera de lo normal y ciertamente la vista y la brisa que golpeaba su rostro comenzaba a ser bastante relajante para él.

Después de mucho rato de mantener su vista fija al frente, pudo divisar el colegio en el que debían dejar al hijo de la actual pareja de Douma, Inosuke Hashibira.

Se detuvieron frente a este; apenas notó que el muchacho y el adulto habían dejado de discutir y ahora se despedían como si no acabaran de guindarse a pelear como perros y gatos... bueno, en realidad solo Inosuke, Douma de algún modo siempre conseguía mantener la calma.

La falta de expresión de Douma hacia casi cualquier cosa... era algo que a veces desconcertaba hasta al mismo Hakuji. Jamás lo resaltó.

Suspiró y dió una última mirada a su lado izquierdo antes de apartarse de la ventana y acomodarse mejor en su asiento. Les esperaba un viaje un poco largo así que lo mejor sería que...

─¡Buenos días!

Saltó en su sitio.

─¡¿Qué?!

Esa voz...

Con un manojo de diversas emociones concentrándose en el centro de su abdomen y pecho, se atrevió a girar la cabeza.

Inmediatamente llevó una de sus manos a cubrir su boca; sus ojos se abrieron de forma desmesurada y no fue capaz de articular algún vocablo coherente.

¡Era ella! ¡la chica del tren!

─¡No puede ser que esto me esté pasando! ─No sabía si lamentarse o estar infinitamente agradecido con cualquier deidad o cualquier fuerza cósmica, mística, etc, que haya puesto a esa hermosa y ardiente chica de vuelta en su camino.

Ya se había hecho la idea de que jamás la volvería a ver.

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₊❏❜ ⋮ ereѕ lo ύɴιco qυe qυιero [ᵏⁿʸ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora