♯O2↳ ѕιɴ prυeвαѕ, pero ѕιɴ dυdαѕ.

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─¡¿Qué diablos fue eso, Kyojuro?!

─¡¿Y cómo crees que voy a saberlo?! ¡no le pregunté al sujeto por qué te estaba asaltando!

─¡Es obvio que no me refiero a eso! ¡me refiero a su extraña competencia de miradas! ¡¿Por qué te le quedaste viendo en vez de hacer algo?!

─¡No pude reaccionar! ─confesó alterada─ ¡te juro que no pude hacer nada! Es que él tampoco hacía nada y yo no sabía qué quería hacer...

─¡¿No sabías?! ¡obviamente estaba tratando de robarme!

─¡Ya sé! ¡me refiero a que no sabía si te iba a hacer daño o qué! Estaba armado, lo vi cuando me arrastraste fuera del tren.

─¡¿Qué?! ¡no debiste hacer eso! podría haberse grabado muy bien tu cara, si te vuelve a ver por ahí las cosas podrían no salir bien.

─De todos modos ya me había escaneado prácticamente, ¿qué tenía con que me volviera a ver? no es como si mi apariencia fuera de lo más discreta, además.

─Pero... bueno, tienes razón. Aún así, ten cuidado al salir. No siempre voy a estar para protegerte.

─Ash ─Se apartó de su agarre ante su broma de mal gusto, mientras Tengen solamente reía entre dientes─ De no ser por mi llegada, te hubiera sacado el teléfono y tú ni en cuenta, te informo.

─En eso también tienes razón, hiciste un gran trabajo en distraerlo. Si tan solo te hubieras puesto el escote que te dije esta mañana, hubiera sido mucho más efectivo.

─Ay, guarda silencio ─respondió con ligera vergüenza─ ¿Las viste por aquí? ─Cambió el tema abruptamente para huir de las burlas de su compañero.

─Ah, sí. Hinatsuru me hizo señas cuando salimos del tren, están en el puesto de allá ─Señaló un pequeño negocio de bebidas que no estaba muy lejos.

─Vamos, se deben estar preguntando el motivo de nuestra tardanza.

─No me creerán en cuanto les diga.

─No las culpo, a mí todavía me cuesta creerlo.

Kyojuro se obligó a creer que todo esto solo quedaría como una anécdota bizarra y entretenida para compartir en las salidas con sus amigos, y para cuando necesitara burlarse de Tengen un rato.

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Cuando estuvo frente a la casa, tocó el timbre dos veces, esperando pacientemente que le abrieran. No pasó mucho tiempo cuando se oyó una vocecita gritando "¡ya voy!" seguido de la cerradura siendo desbloqueada.

Una chica de baja estatura, cabello castaño y llamativos ojos rosados lo recibió, sonriente.

─Hakuji, que bueno...

Su habla se cortó de repente cuando se vió obligada a soltar un jadeo impactado.

─¡Hakuji! ¡tu nariz! ─Su faz mostró preocupación mientras ahuecaba el rostro del mencionado entre sus pequeñas y delicadas manos, moviéndolo de lado a lado para examinar la zona afectada.

─Koyuki, tranquila. No es nada.

─¡Está sangrando! ¡¿cómo que no es nada?! ─Se exaltó─ ¿otra vez te estuviste peleando? ¡te he dicho miles de veces que no lo hagas! tienes que tener más cuidado con lo que haces, podrías acabar muy mal si te metes con la persona equivocada.

Aquí iban de nuevo. Hakuji estaba preparado para este sermón desde que salió del tren, así que se reservó todos los comentarios y permitió que la muchacha lo regañara cuanto creyera necesario.

Mentiría si dijera que no le importaba, se sentía mal por tener que preocupar a su mejor amiga de esa manera; de no ser por la promesa que había hecho, nisiquiera se hubiera acercado a esa casa en primer lugar... no en esas condiciones, pues sabía que todo esto pasaría.

─¡Ay! vamos adentro, te voy a tratar la herida.

─Pero Keizo dijo...

─¡Los asuntos que tengas con mi padre pueden esperar! él seguro no va a tratar nada contigo mientras estés así, tengo que asegurarme de que estés bien.

Determinada, lo llevó adentro y lo forzó a sentarse en la sala mientras ella buscaba todo lo necesario para tratar su herida.

Con un largo suspiro, el de cabello rosa se acomodó en su asiento, permitiéndose relajarse después de todo lo que sucedió hace apenas un rato.

Ahora que se acordaba de eso...

─Vaya que esa chica tenía unas grandes cejas... creo que eran más grandes que las de Douma... ¡hasta más grandes que las de Kaigaku! ─soltó una risa al pensar en lo último─ Aún así... vaya... era muy bonita.

¿Por qué una chica así se tuvo que cruzar en su camino justamente cuando se estaba comportando como un patán?

¡¿Por qué no coincidieron en el supermercado?! ¡¿en el centro comercial?! ¡o en un elevador! ¡todo menos en esa situación! Con él a punto de robarle el teléfono a su... ¿qué?

Se incorporó de golpe al darse cuenta de un importantísimo detalle.

─¡Ese tipo era su novio!

¡Sí! ¡es lo más probable! no tenía pruebas de nada pero tampoco dudas de nada. No los conocía así que solamente podía sacar conclusiones de lo que vió.

Y lo que vió fue que ese tipo agarró de la mano a la linda rubia y se la llevó arrastrada... lejos de él.

Su tren de pensamientos se vió interrumpido por la llegada de Koyuki, quien se dispuso a curar su herida mientras intentaba de nuevo sacarle información sobre lo sucedido (mientras lo reprendía en el proceso, claro está).

Mintió diciendo que la causa fue otra pelea callejera, le avergonzaba admitir que estaba intentando robar otra vez. Aunque ciertamente tuvo muchas ganas de contarle sobre su flechazo (si es que así se le podía llamar) en el tren, pero se contuvo.

─Nisiquiera sé su nombre ─Se lamentó entre pensamientos.

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₊❏❜ ⋮ ereѕ lo ύɴιco qυe qυιero [ᵏⁿʸ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora