5.Tormenta Silenciosa

57 6 6
                                    

Capítulo V:

Tormenta silenciosa.

Lluvia.

Lluvia es todo lo que Mai puedeapreciar de su entorno. El sonido tan característico del evento sevuelve ensordecedor en los agobiados oídos de Mai, mientras que supiel reclama adolorida por la caída intensa e incesante de lashúmedas gotas sobre esta.

Es una tormenta intensa, y ella estávulnerable a ésta.

No puede ver, no puede sentir y nopuede oler nada más que la lluvia. Así permanece durante segundoseternos.

«Duele...»

Sin embargo, cuando logra captaralgo aparte de la lluvia se arrepiente. Pues un dolor intenso recorresu cuerpo, el suave césped contra su espalda no es consuelo algunoante el intenso dolor.

Logra emitir un quejido adolorido,pero el pequeño sonido es rápidamente opacado por la tormenta.

Mai...— escucha una vozahogada, apenas detectable, pero ella logra percibirla. Reconoce lavoz, la siente tan familiar que el nombre del dueño hace su lenguaquemar con las intenciones de pronunciarlo.

Pero no puede, su cuerpo no leresponde.

Así que solo se concentra en esavoz, trata de escucharla otra vez...sin éxitos, solo lluvia. Mai sesiente decepcionada, y por algún motivo que no entiende, asustada.Quiere escuchar esa voz, quiere escucharla más, quiere saber que eldueño está bien...

Necesita hacerlo.

Pero no lo consigue. En cambio,siente como la lluvia deja de caer sobre su cuerpo y de alguna formapercibe que algo está sobre ella, sin llegar a tocarla.

Mai...—Otra vez, la misma vozla llama, hay desesperación en su tono a pesar de ser tan débil yagitada. Mai se siente culpable por la preocupación del dueño yaliviada por saberlo bien, al menos lo suficiente para hablar.

Mai...abre los ojos...—suplicael joven adolorido, su voz es un jadeo casi imperceptible. A Él lecuesta mucho hablar y Mai puede darse cuenta de eso.

La culpa se convierte en un malestarfísico, incrementando el dolor general de Mai. Ella suelta unquejido ante la incómoda sensación, escuchando al joven soltar unpequeño jadeo ante su "respuesta"

Mai...por favor...si meescuchas...abre los ojos—suplica el joven nuevamente y Mai no puedemás con la culpa, quiere aliviar su malestar de alguna forma.

Así que respira suavemente yconcentra toda su poca energía en levantar los parpados. Le cuesta yenfocar la vista es difícil, todo está borroso y la oscuridad de lanoche no ayuda, ni siquiera puede ver con claridad el rostro delchico sobre ella.

Solo vislumbra unos preocupados ojosrojos.

Mai...abre los ojos...—insisteel chico con suavidad, pero ella no lo ve mover sus labios. De hecho,no pareciera escucharlo claramente, como si el llamado viniera deotro lado, más lejos que unos centímetros frente a su rostro.

K...—Ella separa los labios,con la adolorida mandíbula trata de gesticular el nombre del joven,pero su voz no sale o más bien, no la escucha. De repente parecierano poder escuchar nada, ni siquiera la irritante lluvia.

Abre los ojos...

«¿de qué habla? Los tengoabiertos, lo estoy viendo» piensa con frustración y si pudieramover su cuerpo, apretaría los dientes y puños. Así que trata detransmitir su molestia a través de sus ojos, concentrándolos sobreel joven que sigue moviendo sus labios, pero sin que ella alcance aescuchar su voz.

Pecados FantasmalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora