0.El caso Shion

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El Caso Shion.

Cambridge, 21 de Septiembre

Martin Davis, reconocido investigador para-psíquico y director de las prestigiosas oficinas de British Special Psychic Research, se encuentra estudiando los informes de un nuevo caso. Por la manera en que su entrecejo se frunce y acentúa las arrugas en su frente es apreciable su concentración y seriedad.

—Es serio...—comenta en voz baja, rompiendo el silencio de su oficina. Regresa al principio del documento y vuelve a leerlo, detallando las mismas descripciones, repitiendo sus expresiones cuando lee lo que sufre aquella familia <<De pura suerte la niña sigue con vida. >> Piensa, aun ligeramente sorprendido por lo mucho que han tardado en pedir los servicios de una organización de su tipo <<Serán escépticos a la muerte. >> supuso, serio por los inconvenientes que aquello puede significar en la investigación. <<Aunque bueno, él sabe manejar ese tipo de personas. >> Martin sonrió con orgullo, jugueteando con el característico riso grisáceo que le cae en la frente.

Tocan dos veces la puerta de la oficina y Martin detiene el jugueteo con su riso, pero no levanta la mirada para dar el permiso de entrada.

—Adelante.

Tras esa suave indicación, la puerta se abre y Oliver Davis, ya entrando a sus veinte años, entra en la oficina de su padre adoptivo.

Los cambios de la adultez son notorios en Oliver, sus facciones son maduras y han dejado atrás cualquier rastro de la infancia, solo conservando la obvia juventud. Su mirada recta y severa se ha vuelto más intensa y profunda gracias al azul indigno que posee. Mientras que su altura y musculatura han aumentado gracias a los rigurosos entrenamientos de Tai-chi y en compañía de otras artes de concentración y esfuerzo físico y mental.

—Padre. —Saluda Oliver con brevedad, acomodando su bata de laboratorio para poder sentarse cómodamente.

—Oliver. — Martin responde el saludo particular, ahora está más concentrado en los papeles que en la frialdad de su hijo. —Sé que te retiraste del campo por un tiempo...— comienza Martin serio, organizando y guardando todos los documentos del caso recientemente estudiado en una carpeta y extendiendo la misma hacia el pelinegro. —pero necesito que tomes este caso, nadie más puede hacerlo.

Oliver frunce el ceño, sin mostrar intensiones de tomar la carpeta.

—Sabes que estoy...

—Profundizando en las habilidades quinéticas de tus estudiantes. —interrumpe Martin, casi con frustración. Oliver no hace ningún gesto para darle la razón a su padre. —Sin embargo, este es un caso urgente. La vida de los involucrados corre peligro, Noll, entre ellos una niña de 8 años.

Oliver no muestra empatía por las palabras de su padre, solo extiende su mano y recibe la carpeta. Martin suspira levemente, curvando sus labios en una diminuta sonrisa cuando Oliver comienza a leer la documentación.

—¿Por qué han tardado tanto? — cuestiona Oliver, arqueando una ceja al ver el tiempo que han experimentado aquellas situaciones. 3 semanas y la gente ya corre por un exorcista, pero estas personas van para 6 meses en esas condiciones, ni siquiera los escépticos duran tanto tiempo. —Es...

—Incomprensible, lo sé...—dijo Martin en un suspiro, pero aquello no era lo que Oliver quería decir.

—Más bien sospechoso. —concreta Oliver, viendo las fotografías. —Una familia de tres: Madre, hijo y sobrina pequeña que viven en una mansión antigua perteneciente a la familia de la matriarca comienzan a presenciar circunstancias extrañas alrededor del chico y la niña, donde la pequeña aparece con moretones de hombre y el chico con rasguños, y en vez de atender la situación inmediatamente dejan transcurrir seis meses hasta hacer el primer llamado de ayuda...aunque no son ellos quienes lo solicitan, sino una amiga de la familia testigo de las extrañas circunstancias...— El escepticismo y fastidio de Oliver es evidente y Martin lucha por contener su sonrisa nerviosa.

—Sé lo que estas maquinando...

—no lo creo así padre. — argumentó Oliver, dejando la carpeta sobre la mesa. — porque en vez de llamarme a mí, habrías advertido al capitán Hibiki sobre estas sospechosas circunstancias y que él hiciera las investigaciones necesarias para descartar cualquier causa humana. —Oliver se cruza de brazos, firme en su postura. — si dado habría sido el caso, de que maquinaras como yo, padre.

La comisura bocal derecha de Martin tembló, dejando atrás la sonrisa nerviosa pero revelando algo de molestia.

<<Este muchacho...>>

—Comprendo tus sospechas hijo, pero el video del último incidente en la piscina te hará cambiar de parecer. —aseguro, volteando su laptop hacia Oliver. Ante la mirada del joven pelinegro, Martin suspiro con resignación. <<O al menos lo hará un poco>>

Martin empezó a correr el video y Oliver lo miro aburrido, pero atento. En este, tres niños jugueteaban alrededor de una piscina, perseguidos por un muchacho joven. El joven sale del cuadro del video, llamado por alguien seguramente, aunque eso no afecta a los niños. Estos siguen jugando tranquilamente.

El aburrimiento de Oliver es notable, aun a través de su expresión indiferente. Sin embargo, éste comienza a mostrar interés y seriedad cuando una masa oscura aparece en el fondo de la piscina. La masa toma forma de un hombre y en segundos está sujetando los pies de una de las niñas y la arrastra hasta el fondo de la piscina.

El resto del video le parece irrelevante a Oliver, aun así lo observa. Dos jóvenes corren y se lanzan a la piscina por la niña, mientras el otro par de pequeños gritan y apuntan al agua. Cuando el video termina, Oliver levanta su atención para su padre.

—¿todavía crees que es violencia doméstica, hijo?

—algo extraño definitivamente pasa. — responde Oliver tranquilo, sin retractarse de sus palabras en totalidad. Martin suspira exasperado pero asiente y le entrega el disco con el video a Oliver.

—Me consuela que comprendas porque te necesito en este caso. — expresa Martin tranquilo. — por la investigación de tus alumnos no debes preocuparte, yo mismo tomare el mando.

—Es de suponer que me quieres lo más pronto en el caso ¿no?

—Efectivamente. —Martin asiente, igual de serio que el joven oji-azul. Oliver suspira suavemente y asiente.

<<De regreso al campo>>

—Avísale a Lin para que se prepara y a Madoka para que contacte a los antiguos colaboradores de SPR en Japón.

Martin se extrañó ante esto.

—¿Piensas reabrir la oficina en Shibuya?

—Pienso reunir al equipo en un caso. —corrigió. —al ser tan urgente requiero gente con experiencia y que conozca mi modo de trabajo.

Martin sonrió levemente, han renacido las pequeñas esperanzas de que su hijo allá hecho amigos a los que aprecia.

—Entonces le diré a Madoka que llame a Brown, Takigawa, Hara...

—A todos. —interrumpe Oliver, deteniendo su camino a la puerta. — que los convoque a todos.

—¿Incluida la niña? —cuestiono, más extrañado. Recuerda a la asistente de su hijo, una chiquilla amigable y de sonrisa contagiosa. No la imagina metida en un caso así, aun a pesar de las habilidades que su hijo le explico que poseía y las circunstancias que había vivido.

—Mai. —Oliver sonríe diminutamente al decir aquel nombre, recordando a la chica por milisegundos.— Si, ella también.

—Iras con toda la caballería ¿no? —comentó Martin, demostrando su renombrada habilidad para aligerar la tensión en el ambiente. Solo él podría bromear con gracia cuando hace segundos sospechaba que una niña podría ser víctima de violencia infantil.

Oliver ignoro la broma de su padre.

—Dile a Madoka que me avise en cuanto se haya comunicado con todos. Yo debo preparar mi equipo. —informo, apunto de salir de la habitación.

<<Voy a Japón>>

Pecados FantasmalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora