2.Cambios

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Capítulo II

Cambios.

21 de Septiembre, Mansión Shiraiwa.

4:14 a.m

"Es cierto que el tiempo cambias las cosas, solo que nunca nos imaginamos hasta donde..."

Los cuatro adultos miran muy sorprendidos a la mujer que ha salido de la habitación de su protegida, aunque lo que provoca su sorpresa no es la belleza de la joven, sino los hechos que la rodean.

La mujer es Mai.

Taniyama Mai, su antigua compañera de equipo, la niña de la sonrisa radiante y los pasos torpes, el imán de problemas, la creadora de los tés más divinos que existen. Es la niña alegre de SPR y a la vez no lo es, ya no es la chiquilla de 16 años. Es una joven madura, comenzando sus veinte años, y fuera de los cambios físicos, ya no se percibe nada de la niña ingenua e indefensa de hace 4 años.

Mai sonríe nerviosa, los cuatro pares de ojos sobre ella comienzan a hacerse pesados.

— ¿Cómo les va? —Pregunto, tratando de sonar casual y fallando olímpicamente, claramente está nerviosa.— ¿Cómo va todo?

—¡Jou-chan! —exclama Houshou emocionado, sonriendo ampliamente hacia la chica trata de acercarse, pero al mover su brazo un dolor profundo lo invadió.

Todos se sobresaltan y preocupan por el monje al verlo caer de rodillas. Mai casi empuja a Lin al correr hacia el monje.

—¡Bou-san lo siento mucho! — chillo angustiada, viendo la mano del monje. El sonrió despreocupadamente para calmarla, pero el dolor es visible en su rostro.

—No te...preocupes Mai...—aseguro, pero Mai negó y tomo la mano de monje entre las suyas.

Una energía roja rodeo las manos de Mai y las del monje, haciendo desaparecer las líneas rojas en la piel del hombre. Los tres testigos están impresionados, pero John reacciona y se pone serio.

<<Mai es una cazadora del pecado>>

—Listo. — dijo Mai con satisfacción cuando removió la maldición del monje. — Aunque le dolerà un buen rato, Bou-san, enserio lo siento. — se disculpo, mostrándose culpable.

Él movió su mano, cerrando el puño y abriéndolo, ya no duele...no como hace un momento, solo un ligero malestar. Así que le sonrió amigable a Mai y acaricio sus cabellos con la mano lastimada.

—Tranquila, Mai-chan. No es para tanto. —aseguro. — por lo menos ya puedo usar mi mano. —bromeo, ensanchando su sonrisa.

Mai le sonrió aliviada, pero antes de agregar algo a la conversación unos pasos acelerados captan la atención de todos.

Un acelerado Tatsuya y un resagado Hikaru aparecieron por el pasillo. El joven Shion se acercó hasta su amiga, y con un expresión alterada, digna de un paranoico.

—¡¿Qué paso!? —cuestiono. —¡¿Dónde está Alice!?

—Tat. —Mai lo llama con firmeza, sujetándolo del rostro para que lo mire a los ojos, entonces le sonreí tranquilizadora — Alice está con la Tía Yuuko, ve a verla, seguramente está muerta de miedo. —pidió con suavidad, masajeando el rostro del chico con la punta de los dedos.

Y como si de una canción de cuna se hubiera tratado, las palabras de Mai calmaron los alterados nervios de Tatsuya. El chico respiro hondo y asintió, alejándose por el pasillo a un trote más calmado.

Hikaru también trato de hablar, pero apenas se endereza cae desmayado en el suelo.

—¡Shimada-san! / Hikaru / Hika-chan! —exclaman John, Houshou y Mai, corriendo hacia el desmayado. Mai apoya la cabeza del chico sobre sus piernas y comienza a darle suaves golpecitos en las mejillas. —Hika-chan, Hika-chan, Hika-chan...—Lo llama, mientras los otros le echan aire al chico.

Pecados FantasmalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora