Uno

21.1K 2.1K 313
                                    


Un día desperté, me tomaba el café mientras miraba por la ventana de la cocina el mar y esta historia se comenzó a desdibujar en mi mente tomando vida propia, al final no dejaba de escupir palabras cada vez que me sentaba frente al teclado y tuve que dejarlo todo para plasmar lo que mi mente quería gritar de un modo u otro.

Espero que la disfrutéis!

Esta obra es un borrador, así que es probable que existan errores y repeticiones sin corregir.

NOTA IMPORTANTE: ESTA HISTORIA TIENE CONTENIDO INÉDITO POR PARTE DEL PROTAGONISTA QUE SE ENCUENTRA ÚNICAMENTE DISPONIBLE EN MI PERFIL DE INSTAGRAM

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


NOTA IMPORTANTE: ESTA HISTORIA TIENE CONTENIDO INÉDITO POR PARTE DEL PROTAGONISTA QUE SE ENCUENTRA ÚNICAMENTE DISPONIBLE EN MI PERFIL DE INSTAGRAM. TE RECOMIENDO SEGUIRME POR ALLÍ PARA LEERLO CUANDO LLEGUE EL MOMENTO.
TAMBIÉN ENCONTRARÉIS LOS ROSTROS DE LOS PERSONAJES Y MUCHO MÁS... ASÍ QUE OS INVITO A SEGUIR MI CUENTA


Y AHORA SI, DISFRUTA DE LA HISTORIA :)

Ser pobre es una mierda.

¿Por qué no podía haber nacido en una familia de esas ricas donde la única preocupación en la vida es respirar?

Lo que digo yo.

Una mierda como una catedral.

Sentí vibrar el teléfono y seguidamente varios bip más de mensajes que estaban entrando. Había silenciado el chat grupal de mis amigos, pero imaginaba que después de una hora sin dar noticias todos estarían ansiosos por saber que había pasado, no me equivocaba, en cuanto saqué el terminal del bolso vi que me Ana me había escrito por privado.

«¿Te lo han dado?» preguntaba acompañado de varios emoticonos cruzando los dedos y caritas de fiesta.

Decidí no darle información privilegiada, así que volví a poner sonido al grupo y comprobé que llevaban un buen rato hablando sobre mi entrevista, diciendo que me darían el papel para el anuncio.

Pobres ilusas

Pulsé el botón del micrófono para mandar un audio, normalmente éramos más de audios que de escribir por eso de sentir que estábamos más cerca, salvo momentos puntuales obviamente donde dar voz a nuestros pensamientos en público era bochornoso, pero pasaba tres kilos de escoñarme mientras bajaba las escaleras del metro de Madrid en la puerta del Sol atestado de gente en plena hora punta.
—No me lo han dado, definitivamente me voy a vivir debajo de un puente —dije mientras bajaba los escalones en lugar de usar la escalera mecánica como hacía todo el mundo.

Y luego se preguntarán del porqué la humanidad va hacia la obesidad.

Empezaron a entrar audios en el chat grupal y me detuve lo justo para sacar los auriculares de la mochila.

Puñeteros auriculares

¿Por qué leches se pierden en la mochila? Y eso que no es enorme, es una de esas que se cierran apretando las cuerdas, solo llevaba el monedero con un único billete y chatarra para aparentar tener más, las llaves de casa y un paquete de chicles.

PaRaDigMa. El Arte de Seducir Donde viven las historias. Descúbrelo ahora