Cinco

10.6K 1.8K 101
                                    

Al menos tenía a Poseidón, ese nunca fallaba y te daba los mejores orgasmos sin desaparecer después

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Al menos tenía a Poseidón, ese nunca fallaba y te daba los mejores orgasmos sin desaparecer después.

Ana respondió con caritas angelicales y emoticonos de cara malvada, así que en vistas de que Charlie no respondía me puse a cotillear por su apartamento.

—¡Traigo pizza y tu atuendo de esta noche! —exclamó Charlie en cuanto entró y me vio metiendo la mano en una bolsa de patatas fritas—. ¿Eso lo tenía yo? —exclamó asombrado.

—Escondido debajo del fregadero detrás de la lejía y el friegasuelos, como se nota que no limpias tu casa, zorrón —dije con una medio sonrisa y él se acercó para meter la mano cogiendo un puñado de patatas.

—No tengo tiempo ni de mear, menos aún de limpiar mi casa, viene una asistenta dos veces por semana.

—Puedes ahorrártelo mientras esté aquí, tendré tiempo para cocinar, tener la casa recogida y hasta plancharte las camisas.

—Tú estás aquí para encontrar trabajo, descansar y eres mi invitada, ni de coña voy a consentir que me planches las camisas, lo haces fatal —arremetió y le di un golpetazo en el hombro.

Este todavía recuerda la vez que le quemé la única que tenía en su primera entrevista. Una suerte que la chaqueta se la tapara.

—Han pasado cinco años desde aquello, ahora plancho mucho mejor...

—No pienso correr el riesgo, anda pruébatelo —mencionó ofreciéndome el porta trajes que aún no había soltado.

—¿Es un vestido? —exclamé curiosa.

—Si, tu uniforme de esta noche. Es una gala vip por el aniversario de Lancôme y lanza su nuevo perfume, solo debes caminar con una cesta ofreciendo a los invitados unas rosas que estarán perfumadas en la esencia.

Trabajo para torpes

—¿Y no voy a firmar ningún contrato ni nada? —pregunté extrañada.

—Lo harás allí, ya le di tus datos al tío que organiza el personal, te pagarán unos ciento cincuenta por la jornada.

Teniendo en cuenta que solo era una noche, no estaba nada mal, pero que nada mal, ya era más de lo que tenía en el banco teniendo en cuenta que había enviado algunas cajas al pueblo.

Abrí el porta trajes y el tul rosado salió de el enseguida.

—¿Me voy a vestir de princesita? —sonreí al ver lo vaporoso que era.

—Algo así, te vas a mimetizar con el decorado, todo es rosa, flores, tul y similar, muy en línea con el perfume.

Mas que un trabajo, me parecía un juego, pero estaba encantada con la idea de llevarme al bolsillo ciento cincuenta euros.

A las ocho en punto estábamos en el lugar donde se celebraba el evento, comenzaba a las nueve, pero Charlie debía revisar los últimos detalles que había organizado él mismo y comprobar que nada se salía de lo previsto.

PaRaDigMa. El Arte de Seducir Donde viven las historias. Descúbrelo ahora