Capítulo 3

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Durante el camino Izuku había tratado de sacarle la libreta, pero era difícil siquiera acercarse por lo que tuvo que abortar misión más de una vez. Lo positivo era que en todo lo que iban de camino, aún no había abierto la libreta así que no había peligro de que la leyera mientras estuvieran fuera y no tuviera forma de quitársela.

Siguiendo al rubio, notó que definitivamente iban a casa de tía Mitsuki. Así que durante las últimas cuadras hacia la casa empezó a idear alguna forma de colarse a casa del rubio.

No podía simplemente usar su quirk y saltar encima la pared al jardín del rubio, pues corría el riesgo de que alguien de los vecinos lo vieran y lo reportaran como ladrón.

Recordó entonces que cuando eran niños aún, habían "descubierto" un pasadizo para entrar a casa del rubio sin necesidad de entrar por la puerta principal. 

Al costado de la casa del rubio había un callejón con dos árboles con sus tallos creciendo casi pegados a la pared. Resulta que con el paso del tiempo la presión de las raíces y los troncos hizo mella en el concreto abriendo primero una fisura y volviendo la pared muy débil. Por eso cuando Katsuki lanzó un balonazo a la pared, rompió lo poco de resistencia que tenía esa zona y abrió un hueco en la pared.

Recuerda que ambos palidecieron cuando la pared cedió e incluso que el rubio ya se estaba imaginando el castigo que recibiría, pero pronto se dieron cuenta que los troncos no dejaban ver la avería por fuera por lo que si no sabías que había un hueco, jamás podrías saberlo, y como incluso había espacio suficiente para poder entrar y salir decidieron convertirlo en un pasadizo secreto. Así aunque Katsuki fuera castigado por sus travesuras siendo separado de Izuku, podía escabullirse de su casa y salir al parque a escondidas.

Plantaron un par de arbustos para asegurar más la zona e incluso pusieron un poster encima del hueco para que los padres del rubio no descubrieran nada, pues aunque el hueco no se veía por fuera de la casa, por dentro si que se notaba.

Izuku sonrió ante sus recuerdos mientras con cuidado movía el poster de All Might que cubría el hueco de la pared. A sus 5 años aquello parecía más una puerta  pero con su estatura actual tuvo que agacharse un poco para pasar. Aún así fue muy fácil entrar...demasiado.

Fue peligroso mantener eso así ahora que lo piensa bien.

Pero bueno, le sirvió para que nadie lo viera pues los árboles le cubrían con el follaje.

Una vez en el jardín de los Bakugou se acercó sigilosamente a la ventana que recordaba era la de la habitación del rubio. Vio que la libreta estaba sobre el escritorio y el rubio no se veía por ningún lado, probablemente tía Mitsuki lo había llamado a comer.

Bingo

La ventana por suerte no estaba cerrada ¡Menos mal! de por sí ya tengo que arreglar la que rompí en los dormitorios. Así que fue fácil también entrar y tomar la libreta.

¡Al fin! ¡Lo logré!

— ¿Deku?

Talvez no debí cantar victoria tan pronto...

Talvez no debí cantar victoria tan pronto

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Libreta perdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora