La puerta de mi habitación se abre dejándome observar a Lizbeth, quien trae una bandeja en sus manos.
-Buenos días señorita-saluda dejando la bandeja en la cama y abriendo por completo las cortinas de la ventana, -Traigo tus medicinas, ¿Qué te parece? – pregunta y me encojo de hombros acomodándome en la cama.
-Qué alegría más medicinas para mantenerme drogada YEHI- contesto con ironía, pero claro que ella ignora eso.
- ¿Cómo te sientes? - pregunta acariciando mi espalda y entregándome la barra de cereal
- Igual que siempre, enferma, fea, sola...- digo sarcásticamente.
- ¿Podrías dejar de expresarte así?, ya te he dicho que dejes de ser pesimista entiende que te recuperaras, porque no te he cuidado por tanto tiempo como para que te rindas así nada más-.
Tomo a regañadientes las medicinas que me ofrece, suele ser muy mandona.
-Baja a comer tu madre no estará sola en la mesa- me dice levantándose de mi cama y caminando a la puerta
-Yo no voy a comer con ella, ya te lo dije- le digo intentando que entre en razón – no después de lo que nos hizo-
-Escucha yo tampoco estoy de acuerdo con lo que hizo y la odio a veces por eso, pero qué crees ella está llorando sola en la mesa esperando que sus hijos estén con ella, y ni tu ni yo somos unas brujas, así que mueve tu trasero a la mesa para que comas en familia o te quito ese aparato de las manos- dice cerrando la puerta detrás de ella, me pongo de pie y me pongo unas sandalias para bajar a comer.
Al llegar a la mesa mi hermano Joseph está sentado con mamá quien tiene los ojos rojos esperándome, tomo haciendo y las chicas de servicio nos sirven la comida, Lizbeth toma haciendo a mi lado y mamá la observa.
- ¿Disculpa? - habla y Liz la mira - ¿Tú no eres la enfermera de Neftalí? -pregunta y ella asiente- ¿Por qué estas en la mesa principal?, si a lo que tengo entendido los trabajadores comen en la mesa de la servidumbre-
Estoy a punto de contestarle pero mi hermano Antoni entra a la sala.
-Ella se queda en ese haciendo porque se merece más ese lugar que tu- dice antes de besar la cabeza de Joseph, la mejilla de Liz y mi frente en modo de saludo,
- ¿Disculpa? - Espeta mamá.
-Lo que oíste, esa mujer ha estado más en nuestras vidas que tu así que la respetas, te sientas y comes con todos, ahora que si no te gusta puedes tomar tu plato he ir a comer sola Laura-
-Soy tu madre- contesta al parecer molesta.
-No para mí-dice sentándose en el otro extremo de la mesa
Mamá decide quedarse en silencio, creo que no debí comer la barra de cereal que me dio Liz, ahora no creo poder comer todo. Mamá al parecer no se cansará hasta que le digamos que la queremos, porque no para sus intentos de charla con nosotros.
- ¿Cómo va la escuela Joseph? -pregunta, y él se encoje de hombros, mi hermano no es muy comunicativo.
-Supongo que bien-solo juega con su comida.
- ¿Sigues en el equipo de fut bol? – pregunta muy entusiasmada
-Deje el equipo hace más de ¿Qué? 10 años, era pésimo y yo lo odiaba. – contesta, a mamá se le borro la sonrisa y yo rio por lo bajo, al igual que Antoni, Lizbeth me golpea de forma sutil con el codo, mamá nos fulmina con la mirada; intento retirarme de la mesa, pero Liz me toma la muñeca de manera delicada y me pide con la mirada que coma.
Tomo asiento de nuevo, empiezo a idear un plan para mantenerme lejos de la comida.
- ¿Cómo te fue en el trabajo? - pregunto a Antoni.
-Bien las acciones de la empresa van en aumento, las cosas mejoran cada vez más, pronto podre tomar un descanso ya que contrataremos a alguien para que se haga cargo de todo y así yo pueda pasar más tiempo ustedes- me toma la mano.
-No creo conveniente que dejes la empresa a manos de un extraño cariño-dice mamá mirándolo con reproche.
- Obviamente contrataremos a alguien que sepa del tema, aparte tengo pensado contratar a Alex el chico que estaba conmigo en la carrera de Administración de empresas- dice tomando un trozo de comida.
Recuerdo a Alex era un chico becado, siempre fue de excelencia, trabajaba, cuidaba a sus hermanos pequeños junto con su hermana Jen y siempre fue muy cortes, supongo que el no sera mal jefe.
-Sabes lo que opino de él- miró mal a mi hermano – siempre fue muy imprudente, distraído y un poco descortés. –
- Y tú sabes que no tomare en cuenta tu opinión, porque la empresa es mía y yo tengo todo el derecho de decidir por ella. –
Yo sonreía mientras jugaba con mi comida, comencé a partir muchos trozos y me aseguraba de comer solo dos o tres para aparentar que esta era la cosa más normal del mundo.
Finalmente, cuando todos terminaron, como siempre me ofrecí a recoger los platos, así que amontone todos los platos, asegurándome de que el mío quedara hasta el final, así nadie vería su contenido.
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Nothing is simple
Teen Fiction-Estoy muy jodida, no quiero que estés aquí porque cuando yo me valla no estarás preparado para dejarme ir- -Cariño estamos igual de jodidos- tomó mis manos y miro mis ojos-y me encantaría hacerte feliz durante todo este tiempo-