fourteen

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*̣̩⋆̩PARTE 1*̣̩⋆̩

—¡Wow! —exclamó Jacob cuando nos vimos en su jardín secreto. Me había costado mucho salir de mi casa, Hyunjae se encontraba dormido en la sala de estar, pero mi mochila estaba justo a su lado. No podía correr el riesgo de tomarla y despertarlo, con la consecuencia de no poder ver a Jacob.

—¿Qué ocurre? —pregunté confundido, él aún se mantenía mirándome de arriba a abajo.

—Hoy estás muy guapo. —habló con una sonrisa, mostrando su pulgar arriba. Mi rostro comenzó a enrojecer.

—Siempre visto de esta forma.

—Cierto, pero hoy se te ve más atractivo —dijo posando su brazo en mis hombros—. Estás creciendo, MoonMoon.

Tomé eso como una referencia a mi baja estatura y golpeé su frente con mis dedos. Él se quejó, pero no se alejó. Por alguna razón no tan desconocida me sentí bien cuando se mantuvo junto a mí.

—¡Yah! —exclamé, fingiendo estar molesto—. No te metas con mi altura, tampoco es que tú seas LeBron James.

Él rió. ¿Su risa siempre ha sido tan bonita?

—Míralo del lado positivo, sientete orgulloso de que Chanhee mide lo mismo que tú, aún teniendo dos años más.

—Chanhee dejó de crecer hace mucho —reí y él se unió a mí. Recordé el propósito de nuestra salida secreta y lo miré—. ¿Vamos a molestar ancianas con nuestra homosexualidad?

—Antes de eso, tengo una sorpresa para ti. —habló emocionado, sus ojos brillaban incluso más de lo normal. Yo ya estaba contagiado de su emoción, aún sin saber cuál era esa tal sorpresa.

—¿Sorpresa? ¿Qué e-

Ni siquiera me dejó terminar cuando tomó mi mano y me arrastró con él hacia la estación de autobuses. Compró dos tickets y de nuevo me llevó hasta los asientos de la estación.

Intenté preguntar porqué tanta prisa y tanto misterio, pero él ya iba un paso por delante y simplemente colocó su dedo índice en mis labios evitando que dijese alguna palabra.

Sin quererlo mi corazón se aceleró al notar que su dedo llevaba sobre mis labios más tiempo de lo usual. ¿A quién quería engañar? Mi corazón se encontraba de ese modo porque él se mantenía mirando mis labios como si fueran la cosa más interesante del universo.

—¿Honeybae? —dije como pude. Él ni siquiera me miró a los ojos, su vista seguía en mis labios y eso solo me ponía más nervioso.

—¿Uhm? —murmuró, en trance.

—¿Te encuentras bien?

—Perfectamente, ¿por qué?

No me molestaba en absoluto que tuviera sus dedos sobre mis labios, tampoco me molestaba que mirase estos como si su vida dependiera de ello, aunque quizás si me sentía avergonzado. La cuestión era que algunas personas nos miraban con extrañeza, de forma despectiva, y eso si me molestaba.

—Llevas mirando mis labios por cinco minutos seguidos. —susurré.

Él al fin reaccionó y apartó tanto su mano como su vista. Sus mejillas se tiñeron de rojo, mientras esquivaba mi mirada.

¿Por qué es tan adorable?

—Lo siento, me quedé pensando en algo.

—Mientes —le saqué la lengua, quise jugar con él un rato, como ya era costumbre entre nosotros—, sé que quieres besarme. Por eso mirabas mis labios.

𝒕𝒉𝒆 𝒃𝒐𝒚 𝒏𝒆𝒙𝒕 𝒅𝒐𝒐𝒓 | moonbaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora