twenty-two

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—Kev, ya estás aquí —dijo la mamá de Jacob con su voz suave.

—Hola, señora Bae —saludé inclinándome y dándole una sonrisa.

—Vamos, te he dicho muchas veces que puedes decirme Sunhee, ya somos familia, ¿no es cierto?

La mamá de Jacob nos guiñó un ojo y yo solo pude abrir mi boca lo más grande posible y girarme hacia Jacob lentamente.

—Sí, mamá ya sabe que somos novios —dijo Jacob tranquilamente, dibujando una sonrisa en su rostro.

Tan lindo ibas a ser, Jacob Bae.

—Vayan a la habitación, aún estoy preparando el almuerzo. ¿Has desayunado, Kev?

Negué con la cabeza. Debido al incidente con mi hermano y Juyeon al final acabé olvidando tomar mi desayuno.

—¿Quieres que te prepare algo? —dijo Sunhee, con tono preocupado—. Estás en pleno crecimiento, debes alimentarte bien.

—No se preocupe señ-... Sunhee, estoy bien.

—Prepararemos algo juntos —dijo Jacob tomando mi mano de nuevo. Sunhee miró nuestras manos y sonrió enternecida.

—Claro, queréis pasar tiempo a solas, ya lo capto —rió ella cubriendo su boca con su mano. Ella era tan delicada como su hijo, eran dos gotas de agua, quería llorar de lo lindos que debían verse como madre e hijo, pasando el tiempo juntos.

Ojalá tener de regreso a mi mamá.

—Kev —me nombró y salí de mis pensamientos, justo a tiempo para que no se tornara triste—, tienes galletas, leche de fresa, dulces y snacks en la cocina, puedes tomar todo lo que quieras.

—Gracias señora Sunhee —dije con timidez.

—Solo Sunhee —rió ella y asentí rápidamente con vergüenza.

—Mamá, ya nos vamos a mi habitación.

—Vayan, vayan, no los distraigo más —dijo revolviendo nuestros cabellos y empujándonos suavemente hacia las escaleras. Jacob se apresuró a correr tirando de mi mano escaleras arriba—. No hagáis cosas raras, sé que estáis pasando por la pubertad, pero aún sois jóvenes para algunas cosas.

Mis mejillas se encendieron como nunca... y las de Jacob incluso más.

—¡Mamá! —se quejó Jacob. Se veía tan lindo avergonzado que comencé a soltar risitas.

Cuando llegamos a su habitación me tiré en su cama y reí fuertemente.

Jacob me miró con el ceño fruncido, intentando parecer molesto, pero no lo consiguió. Solo lo hacía más adorable.

—¡Yah! ¿Qué es tan gracioso? —dijo con un puchero.

—Amo a tu mamá, ella hace que te avergüences y te ves muy lindo en ese estado.

Reí más y él se cruzó de brazos esperando que me detuviera, pero no lo hice así que se lanzó en la cama a mi lado y luego comenzó a hacerme cosquillas.

—¡Mi punto débil no! —grité entre risas— ¡Jacob Bae, basta! ¡No es justo!

Jacob tuvo piedad de mí y se detuvo, pero continuó mirándome intensamente. No sabía el porqué hasta que miré nuestros cuerpos.

Básicamente Jacob tenía mis manos aprisionadas con las suyas a cada lado de mi cabeza, nuestros cabellos estaban totalmente desordenados, y sudábamos ligeramente debido al forcejeo, por no hablar de que mi estúpida camisa se había levantado lo suficiente como para que la imagen se viera muy extraña y cualquiera lo malinterpretara.

𝒕𝒉𝒆 𝒃𝒐𝒚 𝒏𝒆𝒙𝒕 𝒅𝒐𝒐𝒓 | moonbaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora