El Demonio Rojo De La Hoja

El principió del fin

-La cumbre de los hokage habría acabado con normalidad, o eso creía nuestro joven protagonista, puesto que la hokage le había obligado a quedarse en el pueblo, una reunión con dos ninjas de rango kage de la misma aldea sería tomado como una competencia de poder-

Odio estoo -se quejó el joven mientras se colgaba con las piernas de la rama del árbol en el que se encontraba sentado-

-se escuchó una risa femenina proveniente del otro lado del árbol- Al menos puedes entrenar conmigo -Sonrió su pelirroja novia-

Tendré que comprar -exclamó el joven dejando salir una leve risa-

-La joven pelirroja saltó del árbol, apoyando sus pies en el tronco, así caminó lentamente hasta quedar al lado de nuestro protagonista- Oye... quería hablarte de una cosa -exclamó la mujer con un tono nervioso-

Claro -sonrió el joven, pero en su interior la mente de gamer le traicionó, haciendo que sus sentimientos se revuelvan en nerviosismo-

Me gustaría saber que te está pasando últimamente, estas menos por casa, más pensativo, más distante, estas bien?... -preguntó la mujer, intentando mantener la compostura, pero a cada palabra su tono iba tornando a uno más preocupado y bajo-

Estoy algo preocupado... -el joven tomó su mano suavemente- Siento como si todo corriese peligro, hay muchas posibilidades de que estalle una guerra, y en caso de que eso suceda... -la mano libre de Kogami se contrajo por si sola, formando un puño el cual temblaba por la fuerza aplicada en el de manera involuntaria- Yo... yo ganaré la guerra solo con tal de que nadie muera...

Kogami... -la mujer acarició el rostro de su acompañante y le dio una cálida sonrisa de oreja a oreja- Tu no estarás solo, ni en la aldea, ni en la guerra ni en ningún lugar, iría contigo al fin del mundo caminando si es necesario... todos lo haríamos, has salvado a esta aldea y a su gente tantas veces que no dudaríamos en morir por ti... y menos yo, mi pequeño cabezota... -sonrió de nuevo la mujer dejando un beso en la frente de su pareja-

Humm... -una sensación extraña comenzó a formarse en el pecho de Kogami, un crujido solo audible para el sonó, pero el joven no prestó atención, su mente de gamer no pudo soportar la presión en su pecho, y así sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas sin cesar, la cabeza del joven se adelantó suavemente, tomando un leve ángulo diagonal para descansar entre el hombro y el cuello de su pelirroja mientras el hombro de esta era empapado en lagrimas- Seré lo bastante fuerte?... 

Claro que eres lo bastante fuerte mi amor... -susurró la mujer de forma cálida acariciando la cabeza de Kogami poco a poco, el cual suavemente rodeo su cintura en un pequeño y cuidadoso abrazo, dejando salir una tenue pero dulce sensación de amor, lo que sorprendió mucho a la kunoichi, Kogami era su pareja, ella le amaba y entendía que el la amaba a ella igualmente, pero también entendía que Kogami no era capaz de expresar muy bien sus emociones con gestos, o detalles, se esforzaba, pero le resultaba casi imposible, era algo que ella aceptaba y amaba de igual manera, pero esto, esto rompió su cabeza completamente- h-hum...

-Antes de que la kunoichi articulase palabra los labios de Kogami se pegaron a los de ella, dejando sentir y fluir una tenue sensación de amor, que creció y creció poco a poco hasta desbordar límites racionales, inundando los pensamientos de la joven para borrar cualquier duda, el beso fue correspondido y ambos derramaron sus lagrimas sin desenlazar sus labios, poco a poco la falta de aire hizo mella en ellos, forzando que lentamente desenlazasen sus labios, con una notoria falta de oxigeno, que hizo a ambos tomar una intensa bocanada de aire acompañada de leves jadeos-

Te amo Aki.... te amo con todo mi ser... y quiero que me acompañes a tomar la misión más importante de todas... -exclamó el joven con algo de preocupación por lo que pueda pasar a su pareja-