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Narra Mimi:

Al final decidimos que no entraríamos a ninguna de las clases y nos quedamos en la biblioteca platicando mucho sobre nosotras y nuestras vidas. Su padre era un importante hombre de negocios, al igual que el mío. Tenía un hermano mayor al que le llamaba Baro y su madre era socia de un club deportivo. Le gustaba nadar, cocinar, estaba aprendiendo japonés y por supuesto podía pasarse horas en un estudio de su casa, su hermano era estudiante en administración en la universidad del centro de Seúl. Había contado que gracias a que su hermano sería el sucesor de su padre, ella tenía la libertad de escoger que estudiar. También dijo que si no se le daba mucho pintar, dejaría eso y a cambio estudiaría alguna carrera en cuestión a diseño de modas o algo parecido.

Yo también le conté cosas, como que aprendía defensa personal, se hablar mandarín y que mi padre estaba considerando mandarnos a un curso de francés o italiano. Que mi chófer no es solo mi chófer sino también mi mejor amigo y a quien veo como un segundo padre.

Hablamos del arte, de música y de la escuela, sabía que ella era popular pero solía ser indiferente con el resto, desconocía eso. Me platico de las miles de cartas que le llegaron de chicos y chicas declarándose pero en ninguna acepto, ya que le gustaban las personas sencillas y que no sean presumidas. Ella decía que las personas de la escuela eran presumidas por qué tenían dinero, pero a ella no le importa eso. Su amiga cercana era Binnie, pues sus padres también eran amigos y ellas coincidieron en muchas cosas hasta que terminaron siendo mejores amigas.

Recuerdo aquella vez que Binnie me dijo que a Jiho le gustaba, se le había escapado decirme eso. Al principio había entendido que le gustaba como artista, pero ahora resulta que si les gustaba.

El timbre del receso había sonado, bajamos hacia el comedor riendo por muchas cosas graciosas que pasaban con los hijos de algunos millonarios. Como aquella chica de tercer grado que decía que era la mejor en el mundo de la moda y que por presumida terminó cayendo durante su pasarela juvenil. Quizá era cruel el reírnos de eso, pero era una chica presumida que no paraba de burlarse de los becados o de personas "menos reconocidas" del colegio.

Pedimos nuestras comidas y se sentó conmigo en la mesa en la que normalmente me siento. Pronto llegó Seunghee y Woojin, lo primero que hice fue presentarselas, y aunque Jiho y Seung se habían visto muchas veces, pero no eran cercanas.

Comenzaron a platicar hasta que YooA llego detrás de mi abrazándome por el cuello.

-¿Dónde estabas? ¿Porque no llegaste a la clase? -se sentó a lado mío y me miro sin importar que los demás nos veían- Lo supe todo ¿Te hicieron algo? ¿Te duele algo?

-Tranquila, YooA... -contesto Seung- Mimi solo se saltó las clases con Jiho.

-¿Mimi? -me miro Jiho emocionada- Suena lindo, como tú.

YooA se levantó de repente, por un momento sospeche que podía estar enojada conmigo, mi mirada la siguió y solo había ido por su comida. Una vez que volvió a la mesa comenzó a platicar con nosotros.

-¿Les contó Jiho que fuimos al parque de diversiones? -dijo de repente, me sorprendió porque creí que no le contaría a nadie después de decirme que no le mostrará la foto a alguien- La invite porque fue su cumpleaños hace poco.

-¡Ah! -Seunghee se sorprendió- ¿Por qué no nos lo dijiste? -me miro casi molesta.

-No creí que fuera importante. -dije mirando a YooA.

-Tenemos que celebrarlo. -dijo Seung mirando a los demás.

-Jiho ya me dió un regalo. -dije.

-Pero también me gustaría celebrar contigo. -YooA la miro y asintió, aunque la veía muy intrigada en Jiho-Deberiamos ir a un lugar increíble. -sugirió Jiho.

Obsesionada [MiYoo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora