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Jake dejó su chaqueta en el sofá de su habitación y toma una caja llena de cigarrillos de uno de sus cajones, se dirigió hacia el balcón de su habitación para no inundar la habitación con el humo de aquel tóxico. Empezó a inhalar de este el humo para expulsarlo con lentitud por sus gruesos y definidos labios haciéndole una apariencia completamente elegante y masculina.

Imaginando todo lo que podría hacer con el pequeño chico de 17 años que tenía a su disposición, pero ko completamente por el hecho de tener una gran pared que se intervenía en su paso: La señora Park. ¿Su hermana? A él no le interesaba. Jake envidiaba a su hermana por el hecho de tener un chico como SungHoon para ella sola y -ahora si completa disposición- le daba rabia.

Jake envidiaba a ChaeYoung por tener a Jake para ella sola.

Pero no se rendiría, Jake tomaría a SungHoon como un trofeo el cual deberá ganar y poseer para hacer lo que que quiera con él, presumir y proteger su trofeo, pero también desgastar y aprovechar.

Un trofeo como SungHoon no está solo para admirar, si no para disfrutar.

Ya haciéndose ideas con él, desde principio a fin. Se aprovecharía de su jugosa inocencia para luego exprimirla y poseerla y hacer lo que quiera con él.  El se cobraría cada segundo que le haga feliz porque sabe que Hoon es un chico usado y desbastado, el lo hacía nada a gratis, ni siquiera a Park SungHoon.

Aún recordaba con cuántas jovencitas había jugado en Londres, a cuantas las había engañado y usado para satisfacer su ego. O cual había sido el primer chico con el que de había divertido, uno de baja estatura, pelinegro y ojos azules el cual lo había complacido con el simple hecho de mirarle por tal perfección física.
Jake había pensado que nunca encontraría un chico tan hermoso como aquel inglés de ojos azules, pero SungHoon había roto sus expectativas ya que con solo escuchar de él ya se encontraba imaginando la pureza y belleza de este.

Y vaya que no se había equivocado...

Jake encontró a un chico el doble de perfecto que aquel inglés. Con solo ver sus delicadas facciones, sus labios, su cuerpo y la perfecta distribución corporal de habia vuelto loco. Pero lo que más le volvía loco, aquella carita de ángel que el chico tenía.

En ese momento Jake empezó a sentir miles de necesidades hacia SungHoon. La necesitad de posserle y corromperle, enseñarle lo excitante que puede ser la vida con el simple hecho de parpadear.

Desde ese instantes se propuso ganar aquel trofeo con el nombre de Park SungHoon;
Lamentablemente, uno más a su infinita lista.

Jake había logrado sacarle la información necesaria a su hermana sobre este -No al menos lo que sabía- para lograr llevar a cabo el primer paso: Enamorarlo.

Y es que a lo que ChaeYoung le había dicho se había dado cuenta de lo fácil que sería conseguirlo, Hoon un chico perdido entre las paredes de su hogar con miedo a sobresalir y enfrentar a la bruja de su madre para ser libre.
Un chico maltratado, con necesidades de libertad y prosperidad en su vida.

Jake encontró su punto débil: El amor, y si, Jake le otorgaría tal sentimiento para el simple hecho de ganarle.

Expulso el humo y tiro el cigarrillo para luego aplastarlo con la suela de su zapato, miró su reloj de mano y revolvió su cabello mientras pensaba en que hacer. Sabía que ChaeYoung se iría a casa de SungHoon como todos los días así que pensaba en acompañarla y pasar el rato con Hoon, aunque no soportaría ver a ChaeYoung besándose y abrazándole. Podría alterarse y ser obvio frente a su hermana cosa que no quería.

─¿Jake puedo pasar?─ La voz de ChaeYoung se escuchó al otro lado de la puerta, el moreno se acercó a ella y abrió la puerta para atender a su hermana.

⚘𝙼𝚊𝚝𝚛𝚒𝚖𝚘𝚗𝚒𝚘 ➳𝙹𝚊𝚔𝚎𝙷𝚘𝚘𝚗 ⚘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora