𝗖𝗛𝗘𝗘𝗦𝗘 ━ 𝘬𝘢𝘨𝘦𝘺𝘢𝘮𝘢𝘣𝘰𝘸𝘭

disguise

– ¿Irás a la fiesta de disfraces, Kageyama-kun? – Pregunta la rubia, Yachi, mientras él estaba recostado en su cama jugando con su teléfono.

Suelta un gemido. – No quiero ir. Disfrazarse... no es lo mío.

Yachi ríe; está perfectamente al tanto de ese hecho. – Sin embargo, deberías ir. Creo que te divertirás.

Tobio hace una mueca. – ¿Tú irás?

Yachi se da la vuelta para mirarlo. – ¿No es obvio? – Una sonrisa sale de sus labios al ver la expresión tortuosa de su mejor amigo.

– Una de las gerentes bonitas te invitó ¿no es así? – Las mejillas de la rubia se calientan. – Tan fácil de convencer, Hitoka~

– No vas a ser alguien que me juzgue. – Defiende la chica.

– ¿Y de qué te vas a disfrazar?

– Aún no lo sé, mamá dejó varias cosas hoy. Está bastante emocionada por esto. – Se encoge de hombros. – Incluso prometió llegar temprano para ayudarnos con el maquillaje.

– ¿Ayudarnos? – Se burla Tobio. Pero Hitoka no se ríe, sólo desvía la mirada. – Hitoka.

– ¡Le dije que irías! Pero, vamos, no me dejará ir si no vienes conmigo. Y también le dije a tu mamá que usarías un disfraz bonito. – Se queja mientras lloriquea e intenta evitar la mirada entrecerrada del chico.

Tobio rueda los ojos. – Tendrás que hacerte cargo de eso, sola.

Hitoka frunce el ceño. – Toma esto como un favor que te devolveré tarde o temprano.

– ¿Lo que yo te pida?

– Siempre y cuando no involucre drogas.

Tobio parece pensárselo. Del buen modo, Hitoka es una chica ocupada, es útil e inteligente. Cualquier favor o ayuda que ella otorgue mostrará una balanza inclinada a su favor.

– Pero

Ah, por supuesto, una propuesta tan fácil de aceptar tendría que tener su truco. Hitoka no es ninguna tonta.

– Yo escojo tu disfraz. – Añade la rubia con una sonrisa. – Lo que no será complicado porque mi madre lo eligió para ti.

– Tu madre y la mía tienen planes de contratarnos de modelos, no son ellas quien deberían ayudar con todo esto.

– Tobio, te disfrazarías de un zombie feo si tuvieras oportunidad. Ni siquiera el maquillaje de un zombie... sólo... como un recién enterrado.

– Eres tan ofensiva. Y mira que te toman por adorable, eres una bastarda.

Hitoka le lanza un cojín a la cara. – Silencio. Tu "tengo cara de matón" tampoco es muy identificable contigo, que digamos. Y soy adorable, no hay discrepancias.

Tobio le muestra la lengua después de quitar el cojín.

Ella ríe – De todos modos. Entonces, ¿trato hecho?

– Bien.

La mirada de su amiga se ilumina y Tobio siente que debería arrepentirse en ese instante.

Ahora, la amistad de Tobio y Hitoka surgió de la nada. Después de ese raro encuentro con Tobio tratando de pasar desapercibido para espiar a Aoba Johsai.
Hitoka terminó por descubrir que la madre de Tobio era una diseñadora de modas que, casualmente, trabajaba con su propia madre. Tuvieron que visitarse más seguido una vez que sus madres se enteraron.
Resulta que tienen más cosas en común de las que pensaron. Y que sus personalidades "originales" tenían un curioso contraste cuando entraban en confianza absoluta.
Hitoka pasaba de tímida a una clase chica animada con la fuerza para derribar a quien se le pusiera enfrente.
Y Tobio, quien parece no tener idea de nada, en realidad es un maldito astuto que se sale con la suya.