𝗖𝗛𝗘𝗘𝗦𝗘 ━ 𝘬𝘢𝘨𝘦𝘺𝘢𝘮𝘢𝘣𝘰𝘸𝘭

That boy is mine | Hinakage

Hinata + Tobio

Shouyo se consideraba una persona en su mayoría pacifista. Eso de meterse en peleas realmente no es lo suyo.
Tiene el talento de no dejarse llevar por las emociones negativas por mucho tiempo antes de enfrentarlas con esa cegadora alegría.

Aunque antes le aterraban los tipos grandes como Ushijima; se ha acostumbrado a eso. Es un jugador de voleibol profesional no hay manera de no acostumbrarse a estas personas con aura intimidante. Yachi le ha dicho que incluso él obtuvo una con el tiempo (Tobio se empeña en decirle que no es cierto).
Sin embargo, suponiendo que tiene el aura intimidante, su personalidad entusiasta suele cegar a la dicha.

Por lo que sí, no se enoja fácilmente, se lleva bien con todo el mundo y sus relaciones son siempre amenas y amistosas. Y sus emociones negativas no son usualmente volátiles

Hasta que se trata de su novio, Tobio.
Shouyo adora a Tobio. No es una mentira para nadie, y su relación jamás fue secreta (A Shouyo le encanta besar las manos de Tobio y hacerlo sonrojar furiosamente cada que tiene la oportunidad) pero eso no parece detener a ninguna de esas "sanguijuelas" de coquetear con su Tobio.

Shouyo no se enorgullece de ser una persona celosa. Tampoco es que puedas culparlo.
Su novio es Kageyama Tobio. Shouyo es afortunado. A pesar de todo esos ojos azules vuelven a él siempre.

Tobio es adorable. Y Shouyo puede jurar por su vida que es la persona más hermosa que haya pisado la tierra. No puedes convencerlo de lo contrario.
Además, su relación pasó de ser de mejores amigos a novios, y todos saben que esa es la mejor combinación para una relación increíble.

Y le encanta. A Shouyo no le interesa cuantos años vaya a vivir, sabe que vivirá lo que resta de ellos adorando a Tobio.

El único problema de su chico de ensueño es, que Shouyo no es el único que ve lo precioso y lindo que es.
Diciéndolo de otra manera; Shouyo no soporta que la gente venga de todos lados luchando por la atención de Tobio.

Shouyo ama el voleibol, pero es en esas canchas donde frunce más el ceño.

Kuroo organizó un juego. Un montón de jugadores de voleibol se reúnen en un sólo lugar y los dividen en dos equipos.
Shouyo, instintivamente, se emociona por eso. Tobio no es diferente. Cuando Tobio lo llama para hacerle saber que estará en Japón para ello, su corazón revolotea.

Y cuando lo recibe en el aeropuerto Shouyo pierde el aliento. Tobio, de alguna manera, se las arregla para ser aún más lindo cada que se vuelven a ver.
Y cuando llama su nombre con ese nuevo acento italiano, Shouyo lo levanta en sus brazos (Tobio se pregunta si, tal vez, este Shouyo actual se comió al pequeño idiota de la secundaria y en realidad no son la misma persona) y lo gira en el aire.

Las mejillas de Tobio enrojecen en vergüenza. El amor desmesurado de Shouyo siempre lo tiene sonrojado, muchas veces es más de lo que su pobre alma puede aguantar.

–Te extrañé –. Suelta Shouyo una vez que los pies de Tobio vuelven al suelo, las manos de Shouyo, sin embargo, no se separan de su cintura.

Los ojos de Tobio se agrandan. Evita los ojos cariñosos de Shouyo para murmurar. –Sí, yo también –. La sonrisa de Shouyo se expande, si es que eso aún era posible. Deja un casto beso en los labios abultados de Tobio antes de dejarlo ir por su cuenta.

Y la utopía de Shouyo continúa hasta el día del partido.

Sucede en un instante.

Hoshiumi y Nicolás prácticamente inundan a Tobio con abrazos y palabras tan endulzadas que casi hacen temblar a Shouyo. Su mente le recuerda que eso es de lo más normal que verá hoy. Sabe que los Adlers adoran el suelo que pisa Tobio, y a pesar de su obvio gusto romántico por su setter, respetan su relación y Shouyo se encuentra incapaz de enfadarse con ellos. Incluso con esa horrible telepatía de Ushijima y Tobio y su capacidad de verse y saber lo que el otro está pensando como ¿qué tan increíble es eso?
Los Adlers (y ex-Adlers) son todos grandiosos y estar enfadado con ellos sólo ha demostrado ser un gasto de energía porque ninguno de ellos va a detener su cariño por Tobio de todos modos.