XV • En la línea de fuego •

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La luz del sol entro por la ventana molestando mí sueño, mí cuerpo empezaba a moverse hasta sentir un agarré firme en mí cintura, voltee mí rostro y di con el de el ser más indefenso que pude dar.

Angel dormía como un bebé mientras me tomaba de la cintura y se escondía entre mí pecho, su rostro encajaba casi a la perfección con el espacio en mí cuello.

Lo vi por unos minutos y pensé en cómo se sentiría esto para siempre, estar al lado de Angel, y despertar junto a el de esta forma, creo que jamás habíamos dormido juntos de una forma tan especial como esta, el solo estaba allí perdido en medio de sus sueños mientras yo admiraba lo perfecto que podía llegar a verse mientras solo estaba allí dormido, imaginé su sonrisa y entonces sonríe por impulso, Angel me daba la paz que jamás imaginé tener, y eso me llenaba de una extraña forma que no entendía pero me gustaba, por que solo con el podía sentir esa paz y era realmente hermoso para mí.

Intenté moverme, quería preparar algo para desayunar, pero al sentir el movimiento de aferró aún más a mí y para mí sorpresa habló.

– No te vayas ahorita por favor, quédate aquí conmigo un rato más, sigue mirándome detalladamente, me gusta que lo hagas. – expresó y mis emociones se fueron al demonio, escuchar a Angel decir eso había provocado en mí un estallido de emociones inexplicables, su cabello alborotado era arte y me gustaba mucho, era cierto que lo miraba, y ahora que caía en cuenta, desde que abrí los ojos, es lo único que he observado, tal vez el ya estaba despierto antes que yo, o recién lo hace y solo tuvo suerte con lo que dijo, no sabía qué hora era pero no me sentía en condiciones de rechazar su oferta.

– Buenos días Angel. – hablé y este sonrío de medio lado, amaba cuando hacía eso, pero odiaba el nivel de hipnosis que podía lograr con eso.

– Buenos días Alex, puedes quedarte conmigo solo unos minutos más, me gusta despertar y estar en este sueño temporal antes de que se acabe. – lo que dijo seguido de su abrazo fuerte fue suficiente para sentirme extrañamente especial y pensar en que esté podía soñar con esto.

No me acostumbre a la idea, pero a mí mente le gusto pensar en ella.

– Sabes, en algún momento debemos volver, tenemos miles de cosas que hacer, eres el dueño de una empresa Angel, y yo un desastre. – afirme mientras comencé a recoger los pequeños mechones de su cara y lo peinaba con mis dedos.

– También doy un desastre, solo que tengo que hacer cosas aburridas, fuera de eso, nada a diferente. – hablo y hizo un puchero, sonreí por qué se veía muy tierno.

– Te ves muy bien, cuando... – me detuve antes de decir algo estúpido pero era tarde, Angel ya había abierto los ojos y me veía con una sonrisa de medio lado esperando que finalizará la oración. – No importa. – dije y este se levantó levemente para quedar a solo unos centímetros de mí cara.

– Para mí si lo hace, puedes decir lo que quieras, seguiré siendo el mismo idiota de siempre. – hablo y lo que no entendí al primer momento se reveló ante mí con gracia al sentir sus labios rozar los míos en un juego delicado y muy coqueto, sentí un ardor en mis mejillas y una leve reacción en mí entrepierna al acercamiento repentino de este.

– Solo vas a jugar. – hablé mientras mis labios y los suyos se rozaban y este sonreía mientras solo parecía disfrutar del momento con la ojos cerrados así que lo imite.

– Estoy casi seguro de que esté preciso momento es más que importante para mí, no sabes cuánto estoy disfrutando el simple hecho de sentir tus labios y inhalar tu aroma. – nuevamente logré una reacción doble y entonces termino con mí sufrimiento uniendo por fin nuestro labios en un beso lento que disfrutaba con cada movimiento sincronizado.

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⏰ Última actualización: Oct 30, 2021 ⏰

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• Alex | Después De La Tormenta •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora