Sunflower. |Daryl&Tú|TWD

33. Enid.

Era de noche, había despertado hace unas horas pero Nicole seguía durmiendo, comí un plato de cereal que había en la alacena y luego salí a caminar por las calles de Alexandria, era un lindo lugar, había niños corriendo, señoras hablando animadamente en las entradas de las casas, todo era tan normal y tranquilo que me aterraba.

Miré a Aarón y a Erick de lejos y me acerqué a ellos.

—Hey...— me dijo Erick.

—Hola chicos...

—¿Que te trae por aquí?— ahora fue Aarón.

—Quise venir a agradecerles por traernos a Nicole y a mi, sobre todo por ella, estaba muy mal... Gracias.

Traté de ser lo más sincera posible.

—No hay de que, de eso los encargamos nosotros.— volvió a decir Aaron.

—Es un bonito lugar. Bastante grande, ¿No han tenido problemas con los muertos?-

—No muchos, hemos podido controlar un par de decenas pero no tan grave.

—¿Han estado aquí desde el inicio?

—Son muchas preguntas, ¿Te parece si entramos a cenar y platicamos?— me dijo Erick.

—Me encantaría, pero dejé a Nicole sola, así que mejor otro día, debo volver. Gracias de nuevo.

Me dieron una sonrisa, me fui lentamente hasta la casa, el aire fresco de la noche me relajaba, seguía un poco cansada para ser sincera así que me recosté una vez que llegué a la casa, Nicole respiraba y dormía, la dejé en paz y solo pude dormir otra vez. Tenía tanto sin descansar que podría dormir días enteros.

(...)

Han pasado 8 días desde que llegué, todo se ha acomodado bien, Nicole se recuperó y está más feliz que nunca, estamos una frente de la otra comiendo cereal.

—Me encantaría que Rick y los demás vivieran aquí, es un buen lugar.— me dijo de pronto.

—Lo sé, es un buen lugar para que Judith pudiera crecer, tengo pensado salir a buscarlos pero no sé por dónde empezar, si se fueron a Washington están demasiado lejos y si el lugar realmente es seguro entonces no tendría porqué buscarlos... Aparte, Daryl se fue de pronto, me hace pensar que quiere estar lejos de nosotros o al menos de mi.

—Todos tomaron caminos diferentes.

—Así es Nicole.

Terminamos de comer, lavé los trastes y Nicole fue a sus clases en una de las casas en dónde les enseñaban cosas, como una escuela, había niños de su edad, más chicos y más grandes. Había un par de chicos que me recordaban a Carl.

Hoy me darían mi puesto oficial, a veces ayudaba a hacer guardia con Spencer en una de las torres, o a veces salía por víveres a los supermercados más cerca pero nada oficial.

Deanna me dijo que haría guardias oficialmente, daría rondines fuera de Alexandria, dentro y en las torres, y aparte les daría la bienvenida a los nuevos.

Estaba en la oficina de Deanna, llegó una chica, era joven, después de su entrevista me la encargaron, le pedí sus armas y la llevé a dónde sería su nuevo hogar.

—Me llamo Brooke, yo te llevaré a tu casa, cualquier cosa que necesites o cualquier duda que tengas puedes venir conmigo, te dejare a solas para que te instales.

—Gracias, soy Enid, por cierto.

Era cabizbaja, muy seria y era una joven muy linda.

—Si quieres podría presentarte a los chicos de tu edad, a veces se reúnen para jugar o platicar, son buenos.— comenté por último. Abrí la puerta de la casa.

Ella entró primero y luego yo.

—Hay electricidad, agua caliente. Ya sabes cualquier cosa que necesites puedes decirme, vivo enfrente.

—Gracias, Brooke.

Salí de la casa cerrando detrás de mi la puerta. Era un buen día. Fui con Spencer, me dió un par de armas y salí a dar el rondín alrededor de Alexandria.

Me ayudaba salir de vez en cuando porque sentía que perdía la costumbre de matar a caminantes, iba perdiendo fuerza y condición. Maté a un par de ellos que estaban cerca del muro, los arrastré lejos de los muros, los apilé y ahí los dejé, le di dos o tres vueltas a Alexandria  y me pare a descansar para fumar un par de cigarrillos.

Escuché pasos viniendo del bosque, crujían las hojas del piso, apagué mi cigarrillo y saqué el arma, apunté, me quedé quieta, y cuando todo se volvió más tenso salió de los arbustos un hombre, Spencer, alzó las manos.

—Soy yo, Brooke. Solo yo.

—Suerte que no te disparé en el cráneo...

Se acercó a mi, habíamos pasado tiempo juntos, me caía bien, nos habíamos besado un par de veces pero nada más allá de eso, no me gustaba, no sentía nada por él, pero es verdad que mi cuerpo gritaba placer, deseaba contacto físico, no había estado con nadie desde la prisión, y había sido con Rick.

—Deberías volver, es tarde.

Me dijo, pero cada vez se acerca más y más. Sabía a dónde iba esto.

—Todavía no termina mi turno.— contesté.

Estábamos a escasos centímetros, miré sus labios y luego él miró mis míos y nos besamos. Un beso tranquilo, uno que disfrutas y que de a poco se intensifica, sus manos empezaron a recorrer mi espalda y mi cuerpo, las mías solo tocaban su rostro y su cabello pero, siendo honestos ya estaba sintiendo calor, así que mis manos bajaron hasta su pantalón y apretando levemente Spencer soltó un gemido suave, que me prendió más.

—Deberíamos entrar.— dije entre besos.

—Sígueme...

No teníamos tiempo para entrar a Alexandria y luego tener que lidiar con los demás para poder llegar a una de nuestras casas y poder hacerlo con tranquilidad.

Había arbustos y árboles a nuestro alrededor, no había nadie que nos pudiera ver, ahí mismo nos quitamos la ropa para hacerlo pronto, y sin darnos cuenta ya estábamos teniendo sexo, era placentero, era sexy.

(...)

Nicole esperaba en casa, coloreaba algo sobre la mesa, estaba atenta.

—Hey, te estaba esperando para comer.

—Lo siento, Nicole... Comamos.

El día había pasado pronto, pero por fin terminamos cuando alguien llamó a la puerta, me sorprendí, era Enid, la chica que había llegado hoy.

—No quiero estar sola, ¿Puedo dormir hoy aquí?

—Adelante Enid, arriba hay un cuarto extra si gustas tomarlo.— le dije.

Ella accedió, saludó a Nicole y ambas platicaron en la sala, me sentía como una madre, cuidando a dos niñas que no eran mías pero que de alguna manera buscan la forma de estar cerca, parecía que poco a poco iba formando una familia pequeña.