27. La Gripe.

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Un grito aterrador me hizo despertar de golpe. Tenía los ojos abiertos a más no poder y no sabía porqué. De nuevo otro grito, espeluznante.

-¿Qué demonios fue eso?

Escuché a Daryl decir aún con la voz soñolienta.

-No lo sé, iré a revisar.

Me puse mis zapatos, tomé mi cuchillo y un arma y al abrir la puerta escuché más gritos.

-Nic, por favor no te vayas de aquí, regresaré pronto.- le dije a Nicole.

Ella asintió y al salir Daryl cerró la puerta dejando a la niña asalvo.

-Hay caminantes por todas partes.

Dijo Daryl, bajé las escaleras matando a los muertos que venían subiendo, todos eran de Woodbury, los conocíamos.

Seguí disparando y matando con el cuchillo a quienes estaban cerca.

Lizzie y Mika gritaban desde su celda, corrí hacia allá, había un caminante mordiendo a su padre, era uno de los amigos de Carl. Le disparé y todos sus sesos ensuciaron la pared, el padre de las niñas agonizaba del dolor.

-Tienes que salvarlo, por favor.- decían las niñas.

-No puedo hacer nada por él, morirá pronto. Despidanse.

Salí de la habitación y seguí matando, eran muchos los que se habían convertido en caminantes. Pero terminamos con ellos.

Rick convocó a una junta, dónde ciertas personas platicábamos acerca de algún problema y lo resolvíamos por mayoría de votos. No todos participaban de esta reunión, todos lo que sí eran de los nuestros, no había ninguno de Woodbury participando.

-Empezó con Patrick, el amigo de Carl.-dijo Glenn. -Lo vimos convertido y no tenía ninguna mordida.

-Anoche lo ví enfermo, le dije que fuera con Caleb pero no quiso aún así le pedí al doctor que le echara un vistazo, en serio estaba muy mal.- comenté.

-Hablé con él. Es una especie de enfermedad rara.-dijo Hershell.

-No podemos enterrarlos, Hersh dice que es un tipo de gripe lo que mató a Patrick.- siguió Glenn.

-Lo mejor sería quemarlos.- habló Maggie.

-Son de los nuestros.- dije.

-Pero nos arriesgamos a contaminarnos, ya muchos están empezando a enfermarse.- respondió Carol.

-Los tenemos que poner en cuarentena, lejos de los que no están enfermos.- continuó Hershell.

-¿Necesitarás algún tipo de médicamente en específico?- pregunté.

-Si, el doctor Caleb y yo hicimos una lista de los fármacos, pero no hay en el pueblo, solo las conseguirán en el hospital.

-Ir al hospital sería un suicidio, y todos lo saben.- dijo Rick

-La escuela de medicina es otra opción.- siguió Hershell.

-Iré con mi grupo de expedición, solo dame la lista. Volveremos al anochecer.- comentó Daryl.

-La mayoría están enfermos, llevarás a Bob, Laura, Brooke, y a los que no están enfermos.- dijo Rick.

Daryl asintió y ambos salimos de aquel cuarto, fuimos a la celda a prepararnos para salir, Nicole no estaba enferma así que ella estaba dibujando en el piso de la celda.

-Saldremos, no te acerques a los enfermos. Volveremos pronto.

Me despedí de ella, los últimos días habíamos encajado perfectamente, siempre que alguien necesita de alguien surge ese sentimiento dentro de mi, de querer ayudar, proporcionar de mis habilidades como hermana mayor a quienes lo necesitan.

Ella lo tomó bien, siguió dibujando y nosotros nos fuimos. Tomamos un auto y Michonne se nos unió.

-Mierda, mira eso.- escuché a Mich decirle a Daryl.

Enseguida decenas de caminantes chocaron con el auto, salimos del carro, corriendo y matando a los que podíamos matar.

-¡Sigan, los alcanzaré!

Gritó Daryl, todos seguimos andando, unos chicos que venían se quedaron atrás y uno de ellos fue alcanzado por un muerto.

Bob, el otro chico, Laura, Michonne y yo seguimos corriendo hasta estar asalvo de los caminantes.

-Esperemos a Daryl, no tardará.- dije.

Minutos más tarde había llegado, no había mucho pierde para llegar a dónde estábamos.

El resto del camino fue a pie, me quedé un poco atrás esperando al chico.

-Anda.

Lo apresuraba.

-Sam murió, Sam murió. Sam murió.

Repetía.

-Oye, tranquilo, es duro perder a alguien querido pero a eso nos enfrentamos todos los días. A morir.

-Sam murió.

Seguía diciendo, pero seguía andando. Entramos a la escuela, estaba vacía pero no podíamos arriesgarnos de ningún modo. Buscamos y enseguida encontramos las medicinas, tomamos las necesarias sólamente.

-¿Y Bob?

Preguntaron.

-Venía detrás mío pero ya no lo veo.- respondió Laura.

-Debemos encontrarlo para largarnos de aquí.

De pronto, una puerta cayó al suelo haciéndonos sobresaltar, de aquél cuarto venía Bob, corriendo de los cientos de caminantes que venían detrás de él y que ahora venían hacia nosotros.

-¡Por allá!

Gritó Daryl, señaló y corrimos hacia una puerta pero estaba repleta de caminantes, después seguimos corriendo por ese pasillo hasta quebrar una ventana, saltamos a un edificio cercano, Bob venía cargando una mochila que tomó un caminante haciéndolo caer.

-¡Suéltala!- le dije.

-No, lo lograré.

Jaló con fuerza aquella mochila que al tirar de ella se vino encima un muerto, el chico que venía con nosotros trató de salvarlo pero lo mordió en el cuello, los caminantes habían logrado pasar y tuvimos que dejar al niño. Solo me miró con ojos llenos de lágrimas, sufría, le di un tiro en el cráneo, uno silencioso.

Bob recuperó su mochila y seguimos.

Después de salir de la escuela, Daryl tomó la mochila de Bob.

-¿Para qué querías tu maldita mochila?, ¿Qué tienes en ella?

Sacó un par de botellas de alcohol y Daryl las estrelló en el piso.

-Murió gente buena por unas malditas botellas, por tu culpa murieron.

Daryl seguía reclamando, enojado.

-Que no se repita, Bob.- le dije, con voz calma.

Volvimos los cinco, Michonne había permanecido en silencio, observó la escena y nos guío de vuelta al carro, entre ella y yo abrimos camino hasta éste y así pudimos escapar de aquella enorme horda.

(...)

-Ese silenciador te ha ayudado.-me dijo Daryl.

Estábamos incómodos con la presencia del otro, porque a ambos nos dolía la muerte de las personas y no queríamos hablar al respecto.

-Nunca podremos vivir una vida tranquila. Glenn tiene esa gripa mortal, a la novia de Ty le prendieron fuego alguien que no sabemos quién, Carol se fue y estoy cuidando de una niña que ha perdido a su familia entera.

Me miró.

-No puedo cuidar de mí y ahora tenemos que cuidar de otros, ¿Cómo sobrevivir a eso?-. Volví a decir, inevitable comencé a llorar.

-Eso es lo bonito de la vida, cuidar de otros aún si nosotros no podemos cuidar de uno mismo. Son cosas que haces por las personas que amas. Yo te he cuidado desde el campamento de Atlanta.

Y era cierto, me ha cuidado desde el inicio.

🌻

Sunflower. |Daryl&Tú|TWDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora