Un día reencarne en Clarke Griffin - The 100

¡Joder!, no... ¡¿Por qué⁈

''¿Cuál es la definición exacta de morir?'', siempre me pregunte eso, los cristianos dicen que duermes hasta la llegada de Jesucristo, mamá dice que solo cierras los ojos y ya no vuelves a ver a nadie mas, mi padre dijo como sus ultimas palabras al despedirse de mi a mis 15 años; estaré viéndote desde las estrellas, mi tía simplemente dijo; no morimos realmente simplemente quedamos varados en un vacío, y yo... Yo simplemente pensé que morir era el fin de todo hasta ese maldito 14 de febrero, el día en el que vi pasando mi vida por mis ojos y me di cuenta de que realmente no somos nada en esta tierra.

- ¡Sora, mamá dijo que dejaras los malditos estudios para después y vengas a cenar! - grito Enrique desde la sala a su hermana mayor la cual se encontraba en el estudio.

- ¡No molestes Enrique, mira que eres adoptado! - gritaba burlonamente Sora - ¡dile a mamá que ya bajo, no mas resuelvo esta ecuación de polinomios y trinomios y bajo a comer!.

- ¡A mi háblame en español no entiendo ese idioma y no me interesan las matemáticas, así que mejor apúrate o me como tu cena, mira que madre acaba de hacer lasaña así que mueve ese culo!- grito lo suficientemente alto y altaneramente para que su hermana lo escuchara.

- ¡Maldito cara de culo, si tocas mi lasaña no te la vas a acabar, por Dios que esta vez si te doy en adopción! - grito Sora mas alto ahora nerviosa, así que como dijo Enrique movió su culo rápidamente y resolvió las ecuaciones y fue corriendo al comedor para cenar y comerse la maravillosa lasaña que solo su mamá sabia hacer.

Esta era la vida que llevaba Sorania a sus apenas 45 años de edad, y si, sorprendente  aun vive con su hermano menor de tan solo 16 y sus padres en una casa lo suficientemente grande para tener su espacio cada uno. pero te preguntaras porque  a esa edad no se ha casado ni tiene hijos pues dejemos que te lo cuente ella misma.

POV SORA:

Hola soy Sorania, pero llámenme Sora, por favor, solo por ese nombre no la vallan a cagar, solamente Sora. Desde que era un bebe siempre he tenido un nivel de conciencia superior al de los demás bebes, es como si ya hubiera vivido una vida, así que sabia lo que iba a venir en un  futuro, es como si tuviera una mente adulta en un cuerpo pequeño, debido a eso casi no lloraba en las noches y podía recordar los momentos después de mi nacimiento a partir de los 6 meses, todo lo aprendí bastante rápido ya que tenia una super memoria fotográfica que era magnifica y no me permitía borrar nada de mi mente incluyendo momentos buenos y malos he incluso momentos en los que deberás quisiera sacar de mi mente pero lastimosamente no puedo.

A diferencia de las otras niñas que vivían en sus mundos de Barbie y Ken, yo estaba intentando llenar el incesante vacío que había en mi y el cual no sabia de donde venia, por alguna razón si mi mente no estaba ocupada, estaba nostálgica y dolida, no sabia porque, era como si sufriera de mal de amor aunque confieso que nunca he tenido una relación normal debido a mi sexualidad la cual no me lo permite, así que... Para llenar ese vacío me centre en aprender, todo lo que veía y me causaba curiosidad lo aprendía, así que durante toda mi niñez hice bastantes cursos y aprendí bastantes idiomas, debido a mi rápido entendimiento y memoria fotográfica a la edad de 8 años ya había terminado la preparatoria, así que en vez de darme vida y jugar como una niña normal me enfoque en aprender mas, todo para no sentir lo seca que estaba mi alma en el fondo.

A mis 15 años, ya había realizado 6 doctorados en psicología; social, general, clínica, educativa, diferencial, forense y industrial. Todo eso debido al extraño libro llamado Crimen y Castigo escrito por  Fiódor Mijáilovich Dostoyevski, en ese entonces me llamo bastante la curiosidad la psicología. También tenia doctorados en ciencias matemáticas y mecánicas, así que era conocida  mundialmente como una genio reencarnación de Einstein, la verdad no lo hacia por gusto como ya dije buscaba mantener mi mente ocupada, aun  sin saber de donde provenía mi vacío, una parte de mi mundo se derrumbo cuando una llamada telefónica interrumpió mis horas de clase en la Universidad de Harvard, si, en ese momento me encontraba sola, totalmente sola, en los Estados Unidos debido a una beca con todo pagado la cual recibí al acabar la preparatoria en Australia.