¡Me lleva la fregada!

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''¡Me lleva la fregada!''.

Recuerdo que luego de volver del trabajo del cual había faltado un día, mágicamente no me sentía cansada a pesar de no haber dormido durante días y el tiempo libre pasármelo llorando por una persona que no existía para luego darme cuenta de que estaba viva pero en un chip que se estampa en tu cuello. ¡Me lleva la fregada!, alguien por favor díganme quien chingados es el pinche autor que iré a descuartizarlo yo misma. Devuélvanme mis lágrimas, eso pensaba sin embargo aunque tenia la esperanza de que ella apareciera más pinches veces en el tercer libro ó quizás en los demás pues no apareció, luego de la abrupta despedida de Lexa y Clarke en la ciudad de la luz, todo fue recuerdos de lo que podrían pero no fueron, mierda, joder es que duele como un culo. Cuando llegue del trabajo junto a Enrique que iba saltando por la casa directo a su cuarto, de repente me di cuenta de que tenia que saber más, a pesar de que dolía no podía quedarme sin saber que vergas pasaba después, así que prepare la cena ayude al enano a terminar con sus deberes y luego de dar muchas vueltas vi la nota en la puerta de mi habitación.                                                                                                                                                                                                                                    

¡Oh cariño! 

Jonás me ha querido dar una pequeña sorpresa, así que estamos en un hotel 5 estrellas, no creo que lleguemos a cenar vida mía, sin embargo te diré que mandare un chofer a buscar al niño a casa mañana en la mañana y nos iremos de vacaciones por unos días. Procura dormir y cuidarte en el tiempo que no estamos y por favor deja el trabajo un momento no te desgastes tanto.

Con amor: Tu madre.

Bueno por lo menos salen de casa. Aunque creo que no es correcto que me diga que trabajo mucho cuando ellos son trabajadores más compulsivos que yo. Pero bueno que gano recordándomelo.

En fin. Despegue la nota de la puerta y la coloque en la mesita que quedaba al lado de la puerta dentro de mi habitación luego de entrar a ella. Rápidamente me bañe y procedí a colocarme la pijama para dormir, fui donde el enano y me puse a escogerle un cuento para que se duerma mientras se lo leo.

- Haber mi caballero de brillante armadura, ¿cuál es el cuento que quieres que te lea? - Le pregunte al renacuajo que se removía en la cama como un gusanito incomodo y quien sabe porque.

- Hermana - llama.

- Si, mi tesoro - responde.

- ¿Porqué la gente muere? - pregunta tímidamente mientras escondía su rostro bajo sus manos.

- Porque es la ley de la vida dulzura. - responde con una suave sonrisa.

- ¿Por qué es la ley de la vida? - Pregunta repentinamente con interés mientras la miraba con los ojos brillosos.

- Supongo que porque nacemos con ella. - Dijo mientras escogía un libro al azar del estante. - No podemos evitarlo, simplemente pasa.

- Hermana - llama nuevamente.

- Si, mi rey. - responde mirándolo tiernamente mientras se sienta en la silla al lado de su cama.

- Tú... ¿Vas a morir también?. - Pregunta y sus hermosos ojos marrones se llenan de lágrimas. Y por primera vez a Sora le dio miedo de decir la verdad sobre el porque tenemos que morir porque a a quien se lo tenia que decir era al ser más hermoso que había en su vida.

Un día reencarne en Clarke Griffin - The 100Donde viven las historias. Descúbrelo ahora