Un día reencarne en Clarke Griffin - The 100

''Cálido''

''Cálido''

Actualidad:

- Entonces ya estas terminando tu investigación ''chica barbie''. - Menciona Jonás a su hija haciendo énfasis en el apodo; ''chica barbie'', mientras golpeaba la parte trasera de la cabeza de su hijo para que le pasara la sal.

- Papi te he dicho que no me llames chica barbie, y si, ya falta poco. - Responde Sora un tanto emocionada mientras devolvía su entera atención a la lasaña en su plato y la devoraba sin miramientos. 

- Es que, ¿cómo quieres que te llame si puedes hacer prácticamente de todo señorita?, ¿verdad amor? - Pregunta mirando a su esposa, la cual lo mira con una sonrisa dulce mientras relame sus labios lentamente.

- Oh, es cierto, es que mis pequeños son sumamente unos chicos impresionantes, fue lo mejor que mi vagina pudo dar a luz. - Menciona burlonamente mientras ve como todos se atragantan  con la comida y luego tosen y estallan en carcajadas. Claro, todos excepto Enrique que tenia una cara de los mil demonios desde que soltó su celular antes de comenzar a cenar.

- Mmm... ¿Y a ti qué te pasa Enrique? - pregunta Sora mientras ve al adolescente comer sin mirar a nadie. 

- Nada que te importe realmente hermanita. - Responde altaneramente y Sora no sabia si golpearlo con un bastón o levantarse y estrellarle la silla encima de su cabeza.

Y es que no sabia cómo, pero de repente un día despertó y su pequeño enano había crecido tanto que ni siquiera se dio cuenta. Ya pronto estaba en sus etapas hormonales que no les caían bien a nadie, y realmente ella no recordaba una etapa en la que ella fuera así. ¿A dónde se fue su bebé?, ¿dónde está su pequeño remolino?, ¿quién fue el bastardo que absorbió a su niño bello y dejo a este bastardo con nosotros?. Pero ella lo sabía, ella no es de las que se dejan comer solo porque si, así que le introdujo madera a la llama para que se encienda más.

- ¿Qué? paso Enriquito?, ¿apoco te dejo la novia porque se entero de que eres adoptado?  - Pregunto Sora burlonamente mientras miraba como la vena en la frente de su hermano que decía que estaba enojado crecía, y aunque no lo parezca, el hecho de molestar al adolescente le alegraba el día. - Responde 'enano', ¿oh es que te pica el culo?, desde hace días andas tan hormonal, ¡ja! como si a ti fuera al que le llegara la regla. - Dijo juguetonamente ante las reacciones divertidas en el rostro de su hermano.

Sus padres los cuales estaban sentados en la misma mesa, observaban la discusión de sus hijos divertidos, y es que les encantaba verlos con sus juegos de palabrerías porque siempre terminaban corriendo por toda la casa como niños de 5 años. Su hija mayor a veces ni siquiera parecía que tenia 45 años, su manera de ser infantil era realmente agradable a los ojos, y lo mejor de todo es que ella parecía no darse cuenta de aquello. 

- ¡¿No me digas que a ti ya no te baja?!. - Exclama Enrique fingiendo preocupación, mientras ve como su hermana lo mira con cara de impacto. - Debí suponerlo, esta familia esta llena de vampiros chupa sangre que no envejecen. - Agrega fingiendo indignación.

Los adultos ya no aguantaron la situación levemente divertida de sus hijos y se estrellaron a fuertes carcajadas que hicieron que los menores dejaran de picarse con cosas y los miraran sorprendidos. Al parecer estaban tan entusiasmados en pelear, que se habían olvidado de que sus padres seguían ahí. Ambos se sonrojaron fuertemente al instante.

- Ya no son niños pero... - Ríe - ¿cómo pueden discutir así cuando antes se amaban tanto? - tose y vuelve a reírse - ustedes deberás que son todo un puto caso. - Decía Jonás que no dejaba de reírse mientras su esposa lo seguía.

- Estos mamones no deja de ser niños - dice Eredia entrecortadamente por la risa pero pronto se detiene y su rostro se torna serio, entonces todos en la mesa repentinamente la miran y Jonás el cual también se estaba riendo se detiene. Entonces el rostro de Jonás, Sora y Enrique, se torna azul del terror mientras miraban a su madre la cual tenia una sonrisa sádica y se agachaba levemente hasta tomar la chancla de sus pies. - En estos momentos Cell sintió el verdadero terror. - Inmediatamente todos se levantaron de sus sillas y se pusieron a correr por la casa entera, mientras Eredia los perseguía para pegarle con su poderosísima chancla.