Un Dios de la Muerte entre Dioses

Capítulo 18

Ichigo se sentó en la mesa, mirando el periódico frente a él con los ojos entrecerrados, su cabeza apoyada en su mano mientras leía distraídamente la página en la que estaba, la casa estaba en silencio, por una razón. Era medianoche, e Ichigo era el único despierto, de lo contrario la casa estaría alborotada. Incluso sin su familia allí, siempre había algo de lo que hacer ruido, lo que significaba que Ichigo apenas tenía paz y tranquilidad. Así que esta vez a la medianoche fue el único momento en el que realmente pudo divertirse, lo cual aprovechó al máximo, aunque no estaba en paz como podría parecer, sus pensamientos estaban repasando lo que había sucedido antes con Miya, y su confesión a él.

"Te quiero."

Tres simples palabras habían dejado a Ichigo sin palabras, las mismas tres palabras que podían dejar a cualquier hombre sin palabras. Aunque su mudez no enfureció o incluso entristeció a Miya, ella solo se rió, lo besó en la nariz y actuó de la misma manera por el resto de la noche, lo único que había cambiado era que Akitsu estaba comiendo con ellos, y Uzume trató de jugar. pisó con él durante la cena, pero un cuchillo entre sus muslos de Karasuba rápidamente detuvo eso, instantáneamente.

Ni siquiera sabía realmente por qué se había quedado sin palabras en la confesión, ¿no había hecho Karasuba lo mismo la otra noche mientras estaban envueltos en el abrazo del otro? No, no era lo mismo, era diferente, no había tenido tiempo de pensar en eso ya que se había quedado dormido junto a Karasuba. Dudaba que ella siquiera recordara lo que le había dicho.

"Enamórate de mí, mi amada Ashikabi".

Esas habían sido las palabras de Karasuba después de su primera sesión de besos muy "intensa". Una confesión o no, todavía dejaba perplejo a Ichigo al igual que lo había hecho antes la confesión de Miya. Demonios, ni siquiera sabía si debería haber llamado a eso una confesión. Sin embargo, sabía una cosa ... ambas mujeres tenían fuertes sentimientos por él. No es que no encontrara la atracción o los sentimientos mutuamente, simplemente no sabía cómo hacerlo.

Tener a dos mujeres confesarte de esa manera ... realmente puso tensión en los pensamientos de un chico, luego estaba Uzume ... negó con la cabeza, no queriendo entrar en los hábitos de los pervertidos residentes de hacer que intentara volar. ella. Forzó sus pensamientos lejos de la mujer en la vida hacia su familia y cómo les había ido desde que llegaron aquí.

Karin y Karasuba parecían llevarse bien después de su sesión de sparring en el patio de antes, Ichigo se preguntó cómo Karin se había vuelto tan fluida en el control de su energía espiritual, pero se encogió de hombros. Karin era como él, no le gustaba hacer alarde de su poder o simplemente mostrarlo. En realidad, estaba sorprendido de cómo había manipulado a Karasuba para que cargara contra ella y la condujera a una trampa. Fue muy inteligente.

Uzume y Yuzu todavía se llevaban bien como una casa en llamas, su padre no había estado tan mal, estaba seguro de recordar y agradecer a Miya por eso y Kon simplemente había permanecido como un ninja silencioso, sin querer sufrir el 'tiempo de juego' de Yuzu. Kon había llamado a su supuesta 'tortura', Ichigo pensó en decirle al alma mod que Yuzu ya no jugaba con muñecas pero que no lo hacía, se merecía sufrir un poco más por todo lo que había hecho pasar a Ichigo a lo largo de los años.

Su cabeza se levantó levemente, moviendo sus ojos hacia la puerta cerrada que conducía a la habitación en la que estaba sentado, cuando escuchó que la puerta principal se cerraba antes de que los pasos llegaran por el pasillo, afuera de la puerta corrediza vio una sombra y frunció el ceño al sentir a Kagari. detenerse frente a él, vio la silueta de Sekirei alcanzar la puerta para abrirla antes de detenerse y salir hacia su habitación. Ichigo suspiró y vagó por lo que se suponía que debía hacer con Kagari, ya había alado a dos Sekirei, Uzume estaba detrás de él acerca de convertirse en su Ashikabi, ahora tenía que lidiar con Akitsu también, Sekirei aparecían de la maldita nada.