21. Depresión

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Mientras Jungkook se divertía en su ciudad Jin había entrado en un gran estado de depresión. Ahora no sólo no podía moverse sino que cada vez sus pensamientos eran más negativos, había pasado de sentir que no era bueno para Kookie a sentir que no era bueno para nadie ni para nada. No era buen actor, tampoco era buen amigo y mucho menos buen hijo, últimamente todo lo que su madre le decía lo hacía irritar y la ignoraba a pesar que ella solo quería lo mejor para él. Ya ni siquiera le daba hambre, llevaba ya 2 semanas sin salir de su cuarto y aunque a veces su hermano mayor pasaba y le dejaba la comida Jin casi no comía.

Para mayor rabia ni siquiera podía dormir, pasaba noches enteras con los ojos abiertos y con muchos pensamientos. Se había desconectado de redes y de todos, no hablaba con nadie. A veces pensaba en Yoongi y en Jungkook, sus amigos más cercanos, debían estarse divirtiendo mucho y era mejor mantenerse alejado, sólo los preocuparía y se volvería una carga para ellos. Era tan extraño que en el paseo lograba sentirse bien por momentos pero ahora no podía cambiar su estado de ánimo, por más que fumara, por más que intentará distraerse, no tenía fuerzas y el sentimiento de infelicidad y de odio hacia sí mismo no se iba.

Se preguntaba si era por la culpa de haberse acostado con Mijoo que se sentía así, pero eso sólo era una pequeña parte de todo lo que lo hacía odiarse. Jin no tenía la mejor relación con su papá, no tenía las mejores notas, y no tenía esperanzas en el futuro ni en sí mismo. Quería hacer el esfuerzo de cambiar las cosas pero nunca podría cambiar, no podía ni siquiera pararse, qué inútil era.

El 24 de diciembre Jin tampoco salió de su habitación, ni el 31, estuvo encerrado todo el tiempo y lloraba mucho sin entender porqué no podía sentirse mejor. Pero en enero las cosas cambiaron cuando su mamá anunció que lo internarían en un sitio especial, Yoongi la había contactado al no saber nada de su amigo y habían hablado sobre el estado de Jin, era la mejor solución porque ella ya no sabía que hacer, su hijo necesitaba sus profesional.

Era un mes el que estaría internado antes de entrar a clases en febrero, su terapia consistía en hablar con un doctor sobre todo lo que pensara o sintiera, así como tomar unas pastas que decían los médicos no eran muy fuertes pero que le daban un poco de sueño. Le habían hecho un examen cerebral antes de entrar y si habían visto la anomalía que le causaba depresión, aparentemente era algo genético. Durante su estadía conoció a 1 chico llamado Sandeul y se hicieron grandes amigos. Sandeul sufría de depresión muy grave, sus muñecas estaban llenas de cicatrices, pero era un chico muy amable, había tenido una vida difícil.

—Mi mamá solo salía con tipos malos, que usualmente le pegaban y a mí también, una vez me dejaron inconsciente.

—Lo siento, cuando me cuentas tu vida siento que la mía ha sido muy fácil.

—Es absurdo comparar, nadie que tenga depresión tiene una vida fácil. ¿Ves a esa chica allá? Es multimillonaria su padre es CEO en samsung y aun así hace poco casi muere, es anoréxica y se corta también.

—Que mal, espero se recupere, espero esto nos ayude

—Pues yo al menos ya no lo hago, he entendido muchas cosas y cuando me pongo muy mal me ponen de las pastillas pesadas y se me pasa.

Era extraño discutir cosas tan oscuras, siempre se guardaba todos sus malos pensamientos para el mismo, pero con su nuevo amigo podía hablar de todo eso, le contó como los últimos días en su casa tenía un pensamiento muy fuerte sobre la muerte, que sería más fácil morir que seguir sintiéndose así, Sandeul podía entenderlo a la perfección, eso le gustaba porque no se sentía tan raro, que otras personas vivieran lo mismo lo hacía sentir más normal.

Se empezó a dar cuenta que hablar con otros lo ayudaba mucho, por lo general hasta hace poco Jin prefería guardarse sus pensamientos, no quería lucir débil ante nadie, y si les comentaba algo que le sucedía lo hacía muy vagamente sin entrar en detalles. Esta vez estaba entrando en muchos detalles tanto con su terapeuta como con su amigo Sandeul, había descubierto que habían cosas que aunque parecían tontas al parecer lo afectaban, como el rechazo que sentía por parte de su padre. Jin no se veía con él casi, por lo general el lo prefería así porque verlo le molestaba, había estado ausente casi toda su vida, siempre estaba viajando y cuando aparecía solo criticaba a Jin y sus decisiones, era una persona difícil, su madre siempre intentaba que se llevarán bien pero no tenía éxito. También había crecido viendo como maltrataba a su madre y ella no era capaz de dejarlo, no hacía mucho, no sabía cómo defender a sus hijos ni defenderse ella misma, Jin y su hermano habían crecido con muchas cosas pero prácticamente solos, y tal vez por esa situación era que tenía tanto miedo a relacionarse con alguien, no quería depender de nadie y saboteaba cualquier intento de relación antes que sucediera para evitar ser rechazado. Era asombroso darse cuenta de tantas cosas, pero de todas formas no las podía solucionar aún, sólo era consciente de ellas, siempre se preguntaba qué podría hacer y su terapeuta le decía que tenía que continuar yendo a terapia y todo mejoraría.

Llegó el fin de las vacaciones y lo mandaron de vuelta a su casa, él todavía no se sentía super saludable pero era más manejable, debía continuar viendo a un terapeuta todo el semestre que seguía y tomando las pastas que le habían mandado. Se había dado el número con Sandeul y esperaba continuar su amistad, le había agradado bastante.



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