Buenos Chicos (+18)

¿A quién tratas de engañar?

Heechul

2006

-¿Quieres ducharte?

Le preguntó delicadamente a su amante, al mismo tiempo que hacía círculos en su espalda con el dedo índice. Hangeng apoyó la barbilla sobre el pecho de Heechul y perezosamente le sonrió con los ojos achinados por la alegría mutua que tenían en ese momento dulce después de compartir mutuamente sus cuerpos en la habitación que milagrosamente se encontraba vacía, con las plumas de la almohada de Heechul revoloteando después de que en un momento dado de acción, su compañero mordió la almohada sin importarle que rasgara la tela. "¿Qué demonios me importa mi almohada? Si tengo mejores lugares dónde reposar la cabeza, por ejemplo, sobre el cuerpo de Hangeng". Le acarició con cariño el cabello oscuro, y le lanzó un beso con sus labios gorditos e hinchados.

-En cinco minutos más, HeeHee.

"Amo que me ponga nombres cariñosos. Todo lo contrario a cuando vamos a ese feo y odioso Parque Paja, en dónde me tiene que dar nombres en clave Aquí nadie nos molesta, y así podría ser para siempre... Si tan sólo ALGUIEN se dignara a decirme que sí... Bueno, no pensaré en eso ahora. La amargura para después. Ahora... Estoy contento después de tan hermosa faena".

-Tal vez en cinco minutos lleguen los chicos y ya no nos podremos bañar juntos. Me imagino que no quieres que nos vean saliendo juntos del baño, mi amor. Vayamos ahora, que tengo calor después de todo lo que hicimos -pidió, con un deje de cariño y embelezamiento en su voz-.

Hangeng suspiró y lo miró divertido.

-Está bien, tienes razón. Vamos.

El agua corría fría y refrescante sobre los dos muchachos que no le prestaban atención a absolutamente más nada en el mundo que a lo que tenían entre ellos, dos erecciones indomables que aunque habían sido atendidas tan sólo cinco minutos antes, volvían a estar paradas e imperturbables. Heechul besó a su amante y le dió otra sacudida a su miembro, haciendo a Hangeng gemir. Cuando ambos eyacularon, se untaron champú mutuamente en los cabellos, se pasaron la esponja y luego Hangeng salió, dejando a Heechul continuar con su acondicionador y champú de volúmen. Es un chico que cuida de su cabello mejor que una chica y nada puede evitar que se salte su ritual de cuidado. Al salir, se enrolló una toalla de tela fina en su cabeza, y sin toalla en su cuerpo, porque le encanta secarse al natural, salió desnudo del baño. Abrió el refrigerador y tomó leche directo del cartón. Tomó un panecillo del horno, uno de esos que compra Siwon a veces, y en la colchoneta se acostó sobre Hangeng, quien veía la tele. Rodeó a Hee con el brazo.

-Será mejor que te pongas pantalones -dijo él, pero no lo apartó de su lado-.

Heechul tomó la mano con la que lo rodeaba y la besó. Se veía tan feliz y relajado. Así le gustaba verlo. Ojalá las cosas fuesen siempre así con Hangeng. Habían peleado en la mañana y ahora estaban bien, pero como todo ciclo, las cosas no iban a tardar en oscurecerse de nuevo. Por lo cual Hee aprovechaba cada breve respiro de los problemas para fingir que todo estaba bien.

-En un rato me los pongo. ¿Qué ves en la tele?

-Nada, sólo The Mask Singer. Veo que a esos cantantes que no pertenecen a ninguna empresa, los tratan mejor que a mí.

-Oh, Han, no te deprimas.

Le acarició la sien. Al rato se quitó la toalla de la cabeza y buscó unas bermudas y se las puso, sin ponerse ropa interior debajo ni una camiseta. A veces Heechul odiaba tener que ser civilizado y usar ropa. A veces quería ser como los chimpancés. Se pasó la secadora por la cabellera y volvió a ver tele con Hangeng. De noche, Yesung, Eunhyuk y Donghae llegaron. Donghae al rato se fue corriendo a su habitación. No supo por qué, estaba en las nubes acaramelado con Hangeng. Cuando se sentaron él, Hangeng, Kangin y Siwon en la mesa para cenar, quiso apretar el muslo de Hangeng bajo la mesa, así como las parejas hacen juguetonamente en las películas, pero a Hangeng no le pareció la idea. Brincó, haciendo que migajas de arroz saltaran de sus palillos. Heechul lo vió con incredulidad.