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Mina estuvo inquieta todo el camino, pero no fue sino hasta que estuvieron a un kilómetro de distancia que comenzó a sentir el llamado en su pecho

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Mina estuvo inquieta todo el camino, pero no fue sino hasta que estuvieron a un kilómetro de distancia que comenzó a sentir el llamado en su pecho.

Un aullido bajo, lleno de pena.

Sabía que no era su lobo, y que era de Nayeon.

Al entrar a la casa no vió más allá de la puerta de la sala de estar, importándole muy poco el mundo.

Podía sentir el olor de Nayeon, cerca, fuerte.

Se olvidó de todo, del dolor de su cuerpo y de su cabeza, su cansancio pareció desparecer, solo recordó el gruñido que le había dedicado a otra chica que olía un poco a Nayeon, pero no le dio ni la más mínima importancia.

Tenía que ir con su omega.

Pareció que hubiera estado ciega todo el camino hacia aquella habitación, porque no fue sino hasta que vió la cama, y el bulto en esta, que reaccionó.

Sus ojos se aguaron.

— Alfa...

Mina se apresuró, casi corriendo hacia la cama, hasta subirse en ella, y en un movimiento rápido tomó el menudo cuerpo de Nayeon, abrazándola con fuerza contra sí.

Mina lloraba de alivio, de alegría. Llevó su nariz hasta el cuello de Nayeon, aspirando su dulce olor.

La omega hizo lo mismo, con las mejillas húmedas y una sonrisa, frotando su rostro en el cuello de la azabache, dejando pequeños besos por donde podía, embriagandose en su aroma.

Nayeon dejó de sentir frío, calentándose con la presencia de su alfa y su abrazo, como si de un calentador se tratara.

Im rió un poco, con alegría, y eso hizo sonreír a la otra.

Mina se apartó un poco para mirar su rostro, su sonrisa, sus ojos, besó su frente, sus mejillas, su nariz y sus labios, con gusto algo salado por las lágrimas, pero lleno de felicidad.

Las manos de Sharon bajaron al cuello de Nayeon, preguntando con la mirada.

— Sí —Dijo con seguridad—, sí, por favor...

Mina dejó un casto beso en sus labios antes de mirar la curva entre su cuello y hombro, libre, ya sin ningún collar en el medio, dejó un par de besos hasta llegar allí, quería darle todo el cariño que se merecía y hacerla suya al mismo tiempo, abrió su boca, acomodando sus caninos sobre la piel.

Sintió a Nayeon tomar aire, buscó su mano y la apretó al mismo tiempo que enterraba sus dientes en la omega.

Escuchó un jadeo con algo de dolor en él, sostuvo su mano más fuerte, el sabor metálico de la sangre la hizo asquearse un poco.

Pero por fin estaba pasando, y no podía sentirse mejor, la felicidad tapó ese sabor.

Sus corazones comenzaron a latir al mismo ritmo, sus pechos se llenaron de una mezcla de emociones, de alegría; de alivio; de paz; de amor; de ambos.

⌜ Delta ⌟ || MinaYeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora