❝ Donde Nayeon es la omega más deseada del momento y Mina es una delta solitaria ❞
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❅ Ꮋistoria original...
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— ¿Te encuentras bien? —El tono preocupado de la chica sobre la cama sólo hizo que Mina se molestara más.
— ¿Que si estoy bien? ¿Quién mierda eres para-? —Mina se calló de golpe al ver los ojos de la joven asomándose sobre el borde de la cama, de un avellana cálido.
Los mismos ojitos que la habían mirado antes de ir a ducharse.
De repente se sintió totalmente relajada, como si esa mirada la hubiera tranquilizado con algún tipo de magia.
— Eres la cachorra —La afirmación sonó casi un susurro desde los labios de Mina.
Vio el collar alrededor del cuello de la chica, se levantó adolorida para ver el pecho desnudo de la castaña, con la parte inferior cubierta por las sábanas.
Se detuvo, intentando desviar la vista lo máximo posible de aquellos medianos senos.
— ¿No tienes ropa?
La castaña pareció buscar señales de alguna prenda en su cuerpo, hasta alzó las sábanas para mirar su parte inferior.
— Nop —Sonrió de manera inocente a Mina, quien se preguntó si no le estaba tomando el pelo.
Mina fué hacia su armario para sacar otro par de boxers, sin encontrar otra remera que la muchacha pueda usar, tomó un suéter grande de color negro y le alcanzó ambas prendas.
— ¿Quién eres? —Le preguntó Mina mientras veía a la castaña colocarse su ropa interior bajo las sábanas.
— Sabía que eras una colgada, pero no me esperaba tanto —Dijo antes de colocaste el suéter, ese comentario hizo que Mina frunciera el ceño.
— Responde la pregunta —Dijo sin ganas.
— Soy Im Nayeon.
Mina se quedó en silencio, procesando que Im Nayeon estaba en su cama.
— ¿La omega cambiaformas? —Nayeon habló al ver que Mina no reaccionaba.
— Sé quién es Im Nayeon —Dijo de forma tosca—. Lo que no sé es por qué estás en mi casa.
Nayeon la miró con ojos penosos, pero por más que la mirada hiciera efecto en el corazón de Mina, no cambió su expresión dura; hasta que la chica suspiró y habló sin ganas:
— Me escapé de mis guardias, y por lo tanto de mi familia, y te seguí hasta encontrarte.
No había sido precisamente así, y ambas lo sabían, pero simplificando las cosas, era verdad.
— ¿Me seguiste? —Mina alzó una ceja.
Nayeon sólo asintió.
— Disculpa, pero lo que yo recuerdo es encontrar una cachorra luego de correr como un kilómetro —Mina suspiró con cansancio, de solo decirlo ya se agotaba.
