Todas tus vidas, toda mi vida (siempre te he pertenecido)

CAP 2 - EL DESPUÉS (Parte III)

El ambiente oscuro y confortable del apartamento de Jiang Cheng les dio la bienvenida. Nadie podría describir su casa como hogareña, pero él estaba satisfecho con su estética práctica y minimalista, con tonos morados que contrastaban con las blancas paredes.

Se sentía más cansado de lo que debería, teniendo en cuenta que solo había bajado del auto por unos minutos, y que aún faltaba un poco para la medianoche. Una bola de pelos blanca se le acercó cautelosamente, desacostumbrado a tener compañía en casa además de su dueño.

-Lan XiChen, te presento a "Algodón de azúcar". - El otro aún estaba absorbiendo su alrededor, pero su mirada fue atraída enseguida hacia el hermoso gato persa que Jiang Cheng estaba cargando orgullosamente. – "Algodón de azúcar", este es Lan XiChen. Él se quedará con nosotros esta noche. Serás buen chico y compartirás la sala con él, ¿eh? – decía mientras acariciaba suavemente el lomo de su mascota.

"Algodón de azúcar", cuyo nombre simulaba completamente, miró al recién llegado mientras pestañeaba, ronroneando en brazos de su dueño. – Es un placer conocerte, "Algodón de azúcar". Espero no incomodar tu noche.- XiChen hizo una pequeña reverencia hacia el animal, y Jiang Cheng luchó por no rodar los ojos ante la ridiculez exagerada de su invitado. No sabía decir si era extremadamente educado, o simplemente se estaba burlando de él. Jiang Cheng sospechaba que eran ambas cosas.

-Jiang Cheng, te había imaginado más como una persona de perros, no de gatos.

Definitivamente se estaba burlando, no quedaban dudas. – Cuando era niño me gustaban mucho los perros pero por alguna razón, siempre me opuse a que me compraran alguno. Aun no entiendo mucho por qué. Cuando me mudé para acá mi hermana sugirió que me buscase una mascota para no estar tan solo, pero en ese momento parecía mucho más fácil cuidar de un gato. Son más independientes.

Lan XiChen lo miraba fijamente y Jiang Cheng se preguntó por qué había compartido todo eso. Obviamente había sido solo un comentario amable por parte del otro. Nervioso decidió que era mejor cambiar el tema.

-Voy a ver si "Algodón" comió. Uh, este es el sofá.- Dijo mientras apuntaba a la sala. De veras sus maneras estaban oxidadas, no estaba acostumbrado a recibir visitas aparte de Huaisang.

Cuando se volteó, después de haberse asegurado que a su mascota no le faltaba nada, vio a XiChen aún de pie, indeciso entre sentarse en el sofá, o quedarse en el recibidor.

-Debes estar cansado,- notó casi inconscientemente. – ¿Quieres tomar un baño? Puedo prestarte algo de ropa.

-Eso...sería perfecto. Gracias Jiang Cheng. –Lan XiChen parecía agotado después de todo. Una vez que lo dejó acomodándose en el baño, con un pijama que le quedaba un poco ancho, Jiang Cheng comenzó a sacar un juego de sábanas y colchas extras para el sofá.

Minutos más tarde, XiChen salía sintiéndose mucho más reconfortado. Siguió los sonidos de ollas provenientes de la cocina, y al llegar, vio a su anfitrión de espaldas, obviamente ocupado con alguna receta. Jiang Cheng se había cambiado también a ropas más confortables, con unos pantalones deportivos y un pullover morado que marcaba sus músculos definidos. Sin la abultada chaqueta de invierno, XiChen observó que aun siendo un poco más bajo que él, Jiang Cheng tenía espaldas anchas que formaban una curva hasta su estrecha cintura. El cabello aún lo tenía recogido en un pequeño bulto, pero este se había soltado un poco con los movimientos en la cocina, y varias hebras enmarcaban la cara del joven que se mostraba relajado mientras navegaba entre las sartenes. La escena era casi doméstica.

XiChen se dio cuenta que había estado mirándolo por más de un minuto - ¿Te puedo ayudar en algo? - interrumpió. Su conocimiento de cocina era mínimo, pero era lo menos que podía hacer.