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Título: La chica sockoviana Advertencia:Dos partes
Hoy era lunes, un lunes muy aburrido, así suelen ser siempre, no?, aburridos, tal vez no para todos, pero para mí?, era lo peor.
Nadie a venido a comprar ningún café y ya casi es medio día, extraño, y como vuelvo a repetir, aburrido.
-______, encárgate de limpiar esta mesa, por favor, voy a salir, te quedas cargo de todo, no te preocupes, así como va el día, no creo que mucha gente venga, nos vemos - Me informó y dió instrucciones Madison, la dueña de la cafetería.
-Entendido señorita Miller, nos vemos - Dicho esto, ella me sonrió y salió por la puerta principal, mientras se perdía entre toda esa multitud de la ciudad de New York.
-Bien, tendré que limpiar la mesa, y si nadie viene, no tengo la menor idea de que haré, ya eh limpiado bien toda la cafetería desde que llegué, entonces, no lo sé, en fin - Finalicé y fuí a la bodega a buscar una franela y un líquido especial para que la mesa quedara más, diría, reluciente?.
-Buenos días, tardes, noches, que sé yo, hablo con la señorita, ______ Vasileiadis, cierto? -
-AH! - Me había golpeado del susto en la cabeza contra el estante, alguien estaba detrás de mi. Dí rápidamente la vuelta y apunté con el atomizador del líquido para las mesas, pff, no creo que sea un arma muy letal, pero algo cuenta.
-Quién eres?, qué quieres?, qué haces aquí?, y cómo sabes mi nombre? - Seguí apuntando con el atomizador de manera como un arma, tal y como me habían enseñado.
Era un hombre de tez morena, portaba una chaqueta negra muy grande, unas botas de igual manera y un parche en el ojo, sonreía como si fuera de lo más normal.
-Mi nombre es Nick Fury, vengo a hablar con usted acerca de algo que podría interesarle, sé que la dueña de esta cafetería no se encuentra, además de que aquí es donde usted trabaja, y por último, desde hace ya un largo tiempo sabía su nombre, también informando que lo tiene en su gafete del lado izquierdo - Apuntó por último cerca de mi hombro dónde definitivamente estaba el gafete. Mierda, es astuto, o tal vez yo soy muy estúpida.
-Si claro, un punto a su favor, qué es lo que quiere?-
-Ya se lo dije, y, podría haceme el favor de bajar ese atomizador?, no podría ni dañar a una mosca con eso - Me quitó el atomizador de las manos y me miró de manera sería.
-Tal vez el atomizador no, pero yo sí - Saqué de manera rapida y ágil un arma que traía conmigo siempre, era discreta, la mejor parte.
-De eso estoy hablando señorita Vasileiadis, primero que nada, su apellido no es muy común que digamos, además de que viene del griego, tal y como el de su padre - Me dijo tomando asiento en una de las bancas que estaban en la bodega, de la manera más fácil que pudo haberla hecho, iba a hablar, pero el continuó. En ningún momento bajé el arma - No se sorprenda, él y yo éramos muy buenos amigos, usted no es una adolescente normal y lo sabe, su padre la entrenó desde que era una niña, no es así?, tanto así que tiene habilidades físicas, al igual que como las tiene para alterar el ambiente de la electricidad y hacer que esta misma sea una energía de su cuerpo, es decir, viene en sus venas -
-Veo que sabe mucho de mi -
-Ya se lo dije, su padre y yo fuimos muy buenos amigos, su muerte fue trágica, lo lamento -
-Eso no me interesa ahora, hablaré con usted, de igual manera, ya lo sabe y dijo, tengo habilidades especiales, se lo recuerdo, así que no intente hacerme daño alguno, porque no funcionará.. - Amenacé hacia él, me intriga lo que sea que quiera.
-Vengo a hablarle y a proponerle qué se una a mí equipo -
-Y se podría saber, equipo de que? - Al fin bajé el arma, y ahora pregunté de manera más curiosa por lo que fuera a responder.
-Al equipo de los vengadores..-
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