Emma...

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Durante 3 semanas, las 3 semanas más largas del mundo. Tuvo que convivir y soportar a la "querida Emma" como solía decirle el castaño. Tenían casi el mismo horario, por lo que salían prácticamente a la misma hora. Alastor la invitaba diariamente a comer a casa, para finalmente pedirle un Uber y esperar a que está se marchara

Trataba de aprovechar al máximo el tiempo que tenía a solas con él, le coqueteaba con discreción o a veces de maneras muy evidentes, a veces dudaba ¿Era demasiado inocente o si entendía y decidía ignorarla?

Cada día se comportaba más distante, a penas dejaba que lo abrazara o tocará, parecía que todo su tiempo era consumido por aquella mujer de melena color fuego, ya no podían salir porque Emma tenía concierto de chelo ¡Por cierto! Olvidaba mencionar ¡Como si no pudiera ser más perfecta! ¡¡Tocaba el chelo como una diosa!! ¿Qué? ¿También volaba?

Como si no fuera suficiente, el castaño ya no soltaba el teléfono. Si no se estaban mensaje ando estaba teniendo una video llamada, o una simple llamada, la última había durado ¡13 horas! Y cuando no la tenía al teléfono, solo hablaba de ella, Emma esto, Emma aquello, ¡¿Y ya te conté que Emma hace esto?! ¡Emma es tan inteligente! Solo quería que se detuviera, ya no quería que todo fuera en torno a ella, iban al centro comercial y todo ¡Todo! Le recordaba a ella

Una chica comiendo helado ¡Emma le encanta ese sabor!

Ve un restaurante ¡Quiero traer a Emma a este restaurante!

Ve un perro ¡Emma tenía en perro igual cuando era niña!

Solo faltaba que viera a una persona respirar y empezará ¡Mira, Emma respira el mismo aire!

La tenía vuelta loca, Emma, Emma, Emma ¿Que no se sabía otro nombre?

[...]

—Querida, te quiero invitar a cenar — la voz del castaño se dejó oír desde la cocina

—claro ¿A qué hora pasamos por Emma? — contesto sin despegar la mirada de su libro

—No, quiero estar a solas contigo, querida— no le dio mucha importancia a sus palabras. En cambio la pobre Charlotte estaba que rebosaba de felicidad, en menos de un segundo ya se había puesto de pie, dando pequeños brincos de emoción — quiero decirte algo— se dio la vuelta y la tomo de ambas manos— ya llevo unas semanas sintiéndolo y tienes que saberlo— le sonrió con cariño para después soltar su mano y seguir limpiando la barra

—*Yo también te amo* okey— si abría la boca era seguro que la baba se le saldría — ¿Iremos a un restaurante o comeremos aquí?

—Como tú desees querida— le sonrió con cariño. Pensó unos segundos. Si fueran a un restaurante tendría que aguantarse las ganas de saltar sobre él, en cambio, en la casa no tendría que esperar nada

—En la casa está bien, ya sabes para no gastar mucho— le dirigió una sonrisa boba

—Bien, entonces ¿Me acompañas al súper? —dejo el trapo en la tarja y tomo las llaves de su departamento. Charlotte asintió gustosa, tomo una pequeña bolsa y salió

[...]

Al llegar las 7pm la cena ya estaba servida, Charlotte había decidido arreglarse para la ocasión, portaba una pequeño vestido negro, escotado y con unos lindos zapatos de tacón. Por otro lado el castaño había optado por una camisa blanca y unos pantalones con tirantes

Al terminar la cena se quedaron en silencio unos segundos. El corazón de Charlotte estaba vuelto loco, latía con frenesí y más sabiendo que llevaba una semana sin hablar de aquella, tal vez y solo tal vez sería correspondida, pudo ver cómo el castaño se inclinaba y tomo a su mano con cuidado, la miro a los ojos y con una ligera sonrisa comenzó a hablar

No Me Arrepiento, Me Enamore De Ti  [Charlastor Lemmon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora