8. Dios Caldo, el que resucita a los muertos.

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Aurora.

Una cama,

Flores,

Vista al mar,

Olor a cazuela y... ¿quejidos? ¿Qué?

Abrí mis ojos rápidamente dejando atrás el cálido sueño que estaba teniendo, me relajé al notar que los quejidos también venían de mi mente, me cambié de lado de la cama y cerré mis ojos para intentar dormir, pero me detuvo un quejido seguido de un susurro, carajo, no fue un sueño.

Me levanté lo más rápido que pude y vi la hora, 4:27 am, ¿qué carajos pasa a las 4:27 am?

Me puse la bata que tenía colgada en la puerta y abrí la puerta de mi habitación dejando a la vista a un desconocido y a un muy, pero muy ebrio Thomas.

—¿Quién eres? Y ¿Qué carajos le pasó? —Me apresuré a preguntar.

—Tú debes ser la famosa Aurora, debo admitir que tu nombre me empieza a estresar.

Mi madre decía la mismo.

—¿Qué le pasó? —Volví a preguntar mientras me le acercaba a Thomas.

—Llegó a mi casa, se tomó un montón de cervezas y terminó así.

—Obviamente bebió, pero estoy preguntando qué carajos le pasó para terminar así.

—No lo sé, solo llegó y empezó a beber un montón, se rehusaba a irse de mi casa.

—¿Qué carajos hacía en su casa? Se supone que iba para-

Me detuve al recordar su cara esta tarde, lo poco emocionado y estresado que se veía, obviamente esto fue por la cena con sus padres.

—¿Para dónde? —Preguntó.

—¿Usted quien es?

—Soy Josh, ¿Para donde se supone que iba Thomas?

El mejor amigo, el del cumpleaños.

—Me dijo que una cena con sus padres, no tengo idea de que pasó, le dije que me llamara si necesitaba que lo sacara de ahí, pero al parecer se pasó el 911 por donde no le da el maldito sol.

—¿911? Lo estuvo repitiendo como por una hora, "tengo que llamar a mi 911" me tenía cansado con su 911.

Su actitud me estaba hartando un poco.

—¿Usted bebió?

—Un poco, solo unas cuantas, no lo sé.

Red flag.

—Váyase de mi casa, yo cuido a Thomas.

—Pero yo-

—Lárguese de mi casa, no lo conozco, el único que es de su circulo de amistades esta tan ebrio que no puede ni levantarse de este puto sillón así que largo.

Su cara reflejó sorpresa en menos de un segundo, alzó sus manos en son de paz y se alejó.

—Bien, pero que me llame mañana, quiero saber si sigue vivo.

—Ya es mañana, son las 4:00 de la madrugada.

—Sabes a lo que me refiero.

Me dio una sonrisa de despedida y salió del apartamento, inmediatamente miré a Thomas y me acerqué.

—Hey, Thomas, ¿me escuchas?

—Mhm

—Gracias al señor, no estas muerto.

—¿Aurora?

—Sí, quédate quieto, voy a prepararte algo de comer y luego iras a dormir.

—¿Contigo? —sugirió mientras formaba una sonrisa de lado.

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