04│Fireworks

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Mark empujaba con toda la fuerza que podía la caja en dirección hacia la puerta, sus mechones negros se le pegaban a la frente debido a los chorros de sudor que su piel expulsaba. La temperatura, el esfuerzo por cargar con cosas pesadas y correr por su vida le darían su fin en cualquier momento, uno de los tantos problemas de trabajar de forma independiente. Después de mucho rato consiguieron pasar sin ningún inconveniente pero eso no significaba que estaba completamente tranquilos.

-¿Puedes dejar de jugar y venir a ayudarme? -se detuvo un momento para descansar y observar al chico castaño tomado entre sus dedos un objeto que llamó su atención.

-¡Mira este extraño reloj! -lo extendió en el aire para que Mark lo admirara mejor-. Dice que son las cuatro y treinta y cinco, pero son las dos y media de la madrugada. ¡Y está contando los segundos en vez de los minutos! Es muy extraño, está reduciendo el número.

Mark se pasó una mano por el cabello y se apoyó de la caja. Diablos, estaba llevando de nuevo tarde a DongHyuck al orfanato, lo que significaba que iba a ser complicado sacarlo de ahí para futuras misiones.

Esperen, ¿cómo que el reloj está en cuenta regresiva?

-Dime que estás fingiendo para que no me moleste por tu mal chiste.

-Mark, no soy tan estúpido para avisarte que tengo una bomba manos y sea falso -el pelinegro abrió los ojos tan grandes que podían salirse de su órbita-. Oh, mira, si tienes ojos.

El chico le agarró la mano, provocando un pequeño salto en su corazón y sus dedos de inmediato soltaron la bomba.

-¡Mi bomba! -lloriqueó, mientras el chico lo arrastraba fuera de la habitación.

-¡Te conseguiré todos los bananitos que quieras después!

-¡Sí!

El dúo derribó puertas con sus espaldas y usando patadas, saltó nuevamente los cuerpos de las personas que el mayor quitó de sus caminos y esquivaron a otras que no parecían estar al corriente de lo que ocurría.

Una vez fuera del edificio y con los corazones latiendo a su máxima potencia, se escondieron en unos arbustos a varios metros tan solo unos segundos antes de que el edificio explotara. Mark agarró a DongHyuck y lo escondió bajo sus brazos, protegiéndolo de los restos quemados de la estructura que fueron arrojados por todas partes gracias a la detonación.

-¡Oh, mira hyung! -señaló hacia las flamas volviéndose cada vez más grandes y aterradoras-. ¡Fuegos artificiales!

Mark dejó de protegerlo y lo arrastró de nuevo para regresar al orfanato, no lo diría pero muy dentro de él estaba agradecido que su compañero fuera tan entrometido que literalmente evitó que ellos hicieran boom.

Brave Boys│MarkHyuck Donde viven las historias. Descúbrelo ahora