34│You kill me first

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La familia Ahn (originarios de Goyang) se habían mudado a Mokpo para empezar su nueva vida como pareja recién casada.

HyeSun y JaeHyun tenían una doble vida; de día eran la típica pareja normal que esperaban un hijo y de noche organizaban todo lo necesario para que su nuevo heredero estuviera a la altura para manejar su negocio, la mafia más peligrosa de toda Corea del Sur.

Así fue como Ahn DongHyuck, su heredero, nació destinado a cumplir con todo lo que sus padres tenían para él. Todos estaban contentos con su llegada, hasta que pocos segundos de su nacimiento, Mark llegó.

Los Ahn tenía muy claro lo que querían; DongHyuck como heredero, el príncipe de todo. Mark, por otro lado, fue tan improvisado que nadie sabía qué hacer con él, por lo que fue ignorado ya que todos solo estaban al pendiente del crecimiento del heredero.

Mark odió a DongHyuck, tanto que intentó asfixiarlo mientras jugaban con los carritos, tanto que lo golpeaba con las pelotas, tanto que intentó ahogarlo en la bañera. Tanto que no podía soportar que ese niño torpe se llevara toda la atención y amor de sus padres.

Y un día, todo cambió.

Un hombre enemigo de su familia incendió su hogar, matando a sus padres de inmediato y servicios sociales separó a los hermanos en diferentes refugios, tomando la mejor decisión para ambos. Mark simplemente olvidó que tenia un hermano, al igual que DongHyuck. Los dos crecieron pensando que sus familias los habían abandonado, sintiéndose culpables por no ser suficiente.

Hasta que un día, los hermanos volvieron a encontrarse, sin saber que eran familia. DongHyuck trató a Mark como su amigo más fiel y éste sentía un extraño odio y miedo alrededor del chico,  golpeándolo y maltratandolo, deseando que se alejara de él pero éste solo se mantenía a su lado.

Porque ambos estaban solos y DongHyuck quería protegerlos, a toda costa.

Mark se convirtió en ayudante de ChenLe en su adolescencia, hasta que DongHyuck lo descubrió. Su primer instinto fue matarlo, pero DongHyuck reaccionó pidiéndole ser su ayudante.

Porque, en realidad tenía miedo de que Mark lo lastimara.

Y así fueron las cosas, donde DongHyuck debía ser la carnada para los tipos malos que Mark iba matando, teniendo que soportar a hombres tocándolo o estando muy cerca de él porque tenía miedo de que la única persona que le quedaba en el mundo lo matara. Porque Mark era violento, grosero y abusivo, no podía confiar en su palabra.

Y a veces, era divertido y cuando mataba a los que se sobrepasaban, llegaba a sentirse protegido.

Pero, siempre existió una sensación en su interior que no lo hacía sentirse completo. Lo descubrió cuando la madre del orfanato le entregó una caja que servicios sociales había encontrado, donde aseguraban que le pertenecía. Allí encontró un libro de cuentos que su madre escribía para él, donde lo pintaba como un príncipe y luego relataba cómo su hermano lo maltrataba.

DongHyuck supo que Mark era su hermano a los diecisiete años, por lo que desde entonces planeó mil y una veces escapar, fallando en los intentos.

Pero, estuvo tan cerca cuando tomó aquella foto de Mark y él y la mandó a la policía, pidiendo ayuda. JeNo tuvo que avisar, JeNo tuvo que arruinar los planes. JeNo tenía que aceptar las drogas que Mark le suministraba y creer todo lo que decía.

Entonces, Mark se convirtió en su tutor legal, arruinando el plan de DongHyuck de escapar cuando fuera mayor de edad y convirtiéndolo de su propiedad para siempre.

Y DongHyuck intentó suicidarse, incendiando la casa que encontraron en Busan. Pero JeNo frustró sus planes, condenando de nuevo su vida.

Cuando Mark lo besó, DongHyuck sintió asco, pero descubrió que eso lo debilitaba y trató de manipularlo de esa forma. Haciéndole creer que entre los dos existía un amor único y especial, pero solo había odio de su parte.

Él solo quería huir.

Entonces, en secreto, reclamó su puesto como heredero y planificó a la perfección su muerte como único plan de escape, fue exitoso. Desde entonces vivió en las sombras, recuperándose de todos esos años de dolor y convirtiéndose en lo que realmente era.

Ahn DongHyuck, el juguete de nadie.

Mark escuchó todo, tomando su cabeza entre sus manos y sintiendo que explotaría por todo lo que había provocado.

DongHyuck concluyó su testimonio.

—¿Algo más que quiera añadir? —preguntó el abogado acusador.

—No vale la pena llorar por una muerte falsa, cuando me asesinó cada día mientras éramos niños.

Aunque el caso sufriría diferentes problemas debido a la dirección que había tomado con la confesión de DongHyuck, estaba claro una cosa;

Mark estaba jodido.

Y ni siquiera le importó cuando sus lágrimas empezaron a manchar sus mejillas mientras observaba a DongHyuck bajar del estrado y sentarse a lado de JeNo.

Porque nadie creería que en realidad, la historia siempre fue otra.
































Mentiras, mentiras 👀

Brave Boys│MarkHyuck Donde viven las historias. Descúbrelo ahora