1 de noviembre 2021

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Bismillahi rahmani rahim
Alhamdulillah Rabbi alamin

23:43 el reloj digital del celular marca, mientras de fondo tengo el piano de Alejandro Casaro interpretando la sonata para piano en A menor de Franz Schubert.
La sábana del cubre somier que hace las veces de cortina de mí sala principal bailan al compás del viento natural del exterior de esta noche de clima primaveral luego de un día de una portentosa lluvia de horas de la tarde.
Mí gato se ha cansado de jugar a destrozar todo lo que encuentre en el departamento y ahora esta a mí lado descansando en mí sillón de 4 cuerpos verde reciclado y disfrazado con una manta hindú que cubre la mayor parte del mismo simulando los daños propios de un sillón reciclado.
Pero que en conjunto con mis almohadones cubierto con telas elaboradas de la India y la manta propiamente dicha disimulan en una perfecta armonía la temática, con tapices islamicos colgado en las paredes y letras árabes en recordatorio a Allah (Dhikr), pequeño apartamento decorado a mí gusto lejos de toda opulencia.
Quienes me han visitado y comprobado la armonía del edificio son claros testimonios, según ellos, de la paz y serenidad que emana mí casa, mí santuario, que es un breve resumen de mí camino en este transitar de la espiritualidad que estoy tomando parte de mí filosofía de vida influenciado principalmente de mí fe islamica y recibiendo los consejos y orientación de un hermano de fe (Mustafa y Abdul Qader) con quién hemos logrado congeniar una gran relación de amistad y hermandad propia de todo hombre que está en búsqueda y desarrollo de la espiritualidad.
Aún así, sentado aquí, el reloj continúa recorriendo su camino y ahora ya llegando a medianoche, exactamente a dos minutos, me detengo a reflexionar lo que estoy escribiendo.
¿Que quiero hacer?
¿A dónde quiero llegar con este escrito reflexivo?
Para contestar estás preguntas debo recordar lo que me impulso a comenzar a escribir esto. En esta soledad en mí pequeño hogar recuerdo que antes de comenzar a escribir surgían preguntas en mí cabeza sobre mí actual momento terrenal. ¡Y si! Vivo mí fe de una manera un tanto exigente quizás para algunos, mientras que para otro es realmente admirable mí progreso tanto religioso como espiritual.
Mas yo no busco la aceptación de ellos sino la de mí Señor y que con ella me traerá tranquilidad, confianza y seguridad.
También recuerdo que minutos antes de comenzar esta ponencia literaria recordaba a mí madre a veces en forma de recriminación, pero en general en agradecimiento, no solo por lo que me soporto todos estos años, sino, y principalmente, por el regalo de la vida.
Mercedes Sosa nos dejó una gran poesía de alabanza que decía
"gracias a la vida. Que me ha dado tanto..."
Y entiendo que este es el secreto de una vida exitosa.
Agradecer por lo poco, por lo mucho. Por la abundancia de bendiciones diarias recibidas en forma de familia, de naturaleza, de provisión, en lograr ver el sol un día más y a la oscuridad de la noche.
Me resulta una falta de respeto, en esta reflexión no traer a la cita un hadiz del profeta Muhammad ﷺ que era en referencia al agradecimiento cuando dijo que un musulmán no debe ver arriba de si mismo sino abajo. Entenderá así que lo que tiene es una bendición ya que otro puede no tenerlo y contaba la historia de un hombre sin una pierna que vivía quejándose de su discapacidad hasta que un día se encontró con otro hombre que le faltaban ambas piernas y aún así este era agradecido y se notaba en su ser que por ser agradecido, Dios le colmaba de más bendiciones.
Entendió así que a pesar de solo tener una pierna había quien estaba en una situación peor y no hacía más que agradecer.
En el sagrado Corán Dios también nos habla acerca del agradecimiento cuando dice
"...¡Si sois agradecidos a Mí, ciertamente, os daré aún más (…)"
(Corán, 14:7)

"¡Trabajad, Oh pueblo de David, en agradecimiento a mí y recordad que pocos son los realmente agradecidos aun entre Mis siervos!"
(Corán 34:13)
Son muchas las aleyas que nos instan a ser agradecidos con nuestro Señor.

Recuerdo también una recomendación de otro gran artista y místico argentino como Facundo Cabral cuando dijo
" Aquel que no es agradecido vive necesitado de más cosas que nunca se sacia "

Y aunque a veces ser agradecido resulta complicado y más ahora que vivimos en una sociedad efímera antropocentrica donde las necesidades materiales se han convertido para algunos en una cuestión de vida o muerte y de esa manera la sociedad se ha corrompido aún más; no queda más que volver nuestra mirada al corazón verdadero que en el encontramos la misericordia de nuestro Creador.

Tratar de callar nuestro ego es indispensable para esta transformación.
En esta sociedad contemporánea que de jacta de libertad no se logran dar cuenta que la auténtica libertad está en desobedecer aquello que el marketing y el consumismo nos tratan de imponer.
Pero para ello es necesario ser agradecidos con lo poco o mucho que tenemos, esto ablandara nuestros corazones y así podremos lograr ser más empático con el prójimo que tiene menos posibilidades que nosotros y ayudarnos mutuamente.
Hoy puedes estar en la cima y tu vecino en la base, mañana puede ser lo contrario.
Jactarse de los logros propios está bien, pero, olvidar quien Es quien nos otorga ese logro nos lleva a un estado de incredulidad que nos acerca más a estos errores que he citado anteriormente.
Finalmente esto podría ser una recomendación hacía los lectores, pero lo más quisiera es someterlos a ser agradecidos para que puedan lograr encontrar la paz en sus días terrenales y así en la Otra Vida obtendremos una mejor recompensa.

Termino esta reflexión pidiendo a Dios Todopoderoso y Misericordioso envíe paz y bendiciones a Su amado Profeta Muhammad, su familia y compañeros y todos los profetas que divulgaron Su mensaje.
Pido a Dios Clemente y Perdonador que nos ilumine con Su Luz y Su Guía.

Amin

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