La noche es el testigo de los desvelos de los nostálgicos qué buscan sacar sus pensamientos más profundos
y que se desvanezcan el frío del cielo oscuro
o de unas cuatro paredes,
esa noche en la que los nostálgicos susurran palabras para que se pierdan en la oscuridad.
La noche es testigo de las lágrimas de los que se lamentan,
de las sonrisas de los enamorados,
la noche es testigo de los pensamientos piadosos del creyente
y las maquinaciones del malvado.
La noche testigo de la pasión de los amantes
y del conflicto de los culpables.
La noche descanso para unos y tinieblas para otros.
La noche es sinónimo de descanso,
pero indirectamente se convierte en tiempo de reflexión.