El ser no muere, renace a cada instante; en cada recuerdo, en cada mención.
Y que mejor mención que aquella que no solo es el recuerdo de un momento, sino un mensaje, un principio, una virtud.
El cuerpo se degrada y desaparece, el alma vuelve a su Creador, pero tú ser permanece en la tierra.
Yo nací en 1992 y mi bis abuelo falleció en 1989 jamás lo conocí ni él a mí menos. Pero de cierta manera se ha presentado en mi vida con sus enseñanzas y su esencia. De cierta manera ha reencarnado en mí.
No solo en los recuerdos que mis abuelos o madre han descrito sobre él, sino que yo he forjado en mi corazón su naturaleza.
Y esto ocurre constantemente con quiénes son considerados próceres nacionales y el fervor patriótico.
¡NO SEÑORES! El ser no muere él renace a cada instante, incluso en vida. Tienes el poder de renacer ahora, hoy, cierra esta lectura ahora y piensa cuál es el recuerdo que quieres dejar cuál es la enseñanza o principio que quieres inculcar.
Tienes ahora la oportunidad.
Cambia, mejora, permanece.